Schiaretti aspira a superar los 8 puntos el domingo para encarar la transición con Llaryora

El jueves próximo, los gobernadores delinearán en soledad el proyecto de poder de Córdoba.

Mano a mano, a 13.500 kilómetros de Córdoba, Juan Schiaretti y Martín Llaryora comenzarán a delinear el esquema de poder que tendrá al gobernador electo como jefe. Es la tradición del peronismo cordobés: lo hizo José Manuel de la Sota con Schiaretti; y ahora le toca a él, al gobernador saliente, hacerlo con su heredero.

El 26 de octubre, cuando partan hacia Emiratos Árabes, principal financista del acueducto Santa Fe Córdoba, estarán sobre la mesa las principales certezas: cómo le fue a Sergio Massa y Axel Kicillof; habrá balotaje, el kirchnerismo seguirá gobernando Buenos Aires; cuánto cosechó Schiaretti en su proyecto presidencial, cuán firme es su alianza con el socialismo santafesino; cómo reacciona el mundo financiero al resultado, cuánto cotizará el dólar futuro.

Schiaretti es el segundo gobernador cordobés en disputar una candidatura presidencial. Eduardo Angeloz sumó 5,4 millones de votos y perdió contra el disruptivo Carlos Menem; Schiaretti se conforma con mucho menos: si logra ocho puntos y suma cuatro diputados nacionales (tres por Córdoba y uno por Santa Fe, donde es aliado del socialismo), el gobernador saliente celebrará. Si logra vencer a Milei en Córdoba, el festejo será descontrolado. Si llega a los 10 puntos, venderá esa cosecha como “la sorpresa” del domingo.

En el comando de campaña de Schiaretti confían en lograr un buen resultado en Córdoba, con una fuerte recuperación en la zona núcleo; en Santa Fe, con la tracción que genera el socialismo (aliado de Maximiliano Pullaro en el plano provincial, pero competidor en el nacional si quiere sentar en Diputados a Esteban Paulón, único activista de la comunidad LGTB en una lista; sostenerse en Tierra del Fuego y La Rioja, provincias en las que logró un buen resultado en las Paso; y en Chubut y La Pampa, donde, pese a no tener boletas de diputados, tiene candidatos a parlasur.

Una encuesta que circuló sobre el cierre de campaña (CB Consultores) vaticina para Schiaretti un resultado acorde a esta expectativa. Sin embargo, otra reservada, contratada por la Municipalidad de Córdoba, indica que Milei mantiene una leve ventaja en la ciudad de Córdoba.

La otra incógnita en el corazón del schiarettismo es cómo impactaron en el electorado los dos puntos que consideran victorias en la campaña: colarse en el mundo de los memes, un universo desconococido para el peronismo de Córdoba; y la “solidez” con la que Schiaretti salió de ambos debates. “Schiaretti demostró su solidez; fue el único candidato al que no lograron chicanear y que demostró un plan con propuestas concretas”, repiten en las horas previas a la elección en el búnker de campaña.

En general, en el schiarettismo consideran que el PRO retiene Caba; Kicillof gana Buenos Aires; Javier Milei se impone en el interior y Schiaretti recupera Córdoba. ¿Cuáles serían las sorpresas para la campaña de Schiaretti? Que el cordobés esté en 10 puntos, que Patricia Bullrich ingrese al balotaje y que Milei caiga respecto de las Paso. No son escenarios probables para la cúpula del poder medierráneo, por eso serían sorpresivos.

Con estas dudas despejadas se sentarán mano a mano Schiaretti y Llaryora. Del próximo gobernador dependerá el rol que el saliente juegará en el orden nacional. “Llaryora conducirá, esa es la tradición del peronismo de Córdoba y Juan la respetará; los acuerdos con el próximo presidente no dependerán de Schiaretti, sino de Llaryora. Él como gobernador determinará el rumbo”, se desmarca el schiarettista de las decisiones y alianzas que deberá hacer el peronismo de Córdoba de cara al eventual balotaje.

Vale recordar que Schiaretti hizo 6 propuestas concretas: redistribución de los subsidios a las tarifas; desdoblamiento cambiario; reducciòn del 50 por ciento de las retenciones desde el 11 de diciembre y su eliminación en cuatro años; ceder la presidencia del Banco Central a la oposición; aumentar el corte del biocombustible; y un plan de subsidios al empleo, similar al esquema que se utiliza en Córdoba.

En el caso de Llaryora y el peronismo nacional, su reconfiguración está directamente ligada al resultado de Sergio Massa. Como se sabe, los lazos de Llaryora con Massa son históricos. Sin embargo, en el entorno del próximo gobernador tienen la sensación de que Milei corre con ventaja en la carrera presidencial y se preparan para ese escenario, con Mauricio Macri aportándole gobernabilidad. Sin el kirchnerismo en el PJ (situación que Schiaretti considera lógica aunque Kicillof retenga Buenos Aires), los cordobeses se preparan para desalambrar y ocupar sillas en el PJ nacional. Puntos de la agenda que Schiaretti y Llaryora discutirán a 13.500 kilómetros de Córdoba.

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