En una austera ceremonia que se extendió por media hora, en la que se mostró un fuerte protagonismo del emir Tamim bin Hamad Al Thani, el país anfitrión inauguró la 22da Copa del Mundo de la FIFA.
Qatar dejó formalmente inaugurada este domingo la Copa Mundial 2022 de la FIFA con una ceremonia austera, marcada por los conceptos de memoria, respeto e inclusión en el imponente estadio Al Bayt de la localidad de Al-Khor, lindante con la capital Doha.
El acto, de estricta media hora de duración, mostró un fuerte protagonismo del emir Tamim bin Hamad Al Thani, quien compartió el palco de honor junto al presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino.
La máxima autoridad del emirato habilitó al comienzo de la ceremonia con un saludo por las pantallas gigantes y dio paso al cierre con fuegos artificiales tras un discurso de bienvenida que despertó el saludo de un público, de predominio musulmán.
Qatar dejó formalmente inaugurada este domingo la Copa Mundial 2022 de la FIFA con una ceremonia austera, marcada por los conceptos de memoria, respeto e inclusión en el imponente estadio Al Bayt de la localidad de Al-Khor, lindante con la capital Doha.
El acto, de estricta media hora de duración, mostró un fuerte protagonismo del emir Tamim bin Hamad Al Thani, quien compartió el palco de honor junto al presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino.
La máxima autoridad del emirato habilitó al comienzo de la ceremonia con un saludo por las pantallas gigantes y dio paso al cierre con fuegos artificiales tras un discurso de bienvenida que despertó el saludo de un público, de predominio musulmán.
Pasado y presente; tradición y modernidad; costumbres locales y globales marcaron un contraste celebrado por la organización como la riqueza propia de las nacionalidades y las etnias.
Bajo dirección musical de Red One y Katara Studios, y el diseño escenográfico del alemán Florian Weider, la apertura de la Copa del Mundo continuó con un homenaje a todos los países participantes de la primera edición en Medio Oriente.
“Vamos, vamos Argentina”, se escuchó por los parlantes del Al Bayt cuando ingresaron los voluntarios debajo de los trajes que representaban las camisetas gigantes de cada país.
Pasado y presente; tradición y modernidad; costumbres locales y globales marcaron un contraste celebrado por la organización como la riqueza propia de las nacionalidades y las etnias.
Bajo dirección musical de Red One y Katara Studios, y el diseño escenográfico del alemán Florian Weider, la apertura de la Copa del Mundo continuó con un homenaje a todos los países participantes de la primera edición en Medio Oriente.
“Vamos, vamos Argentina”, se escuchó por los parlantes del Al Bayt cuando ingresaron los voluntarios debajo de los trajes que representaban las camisetas gigantes de cada país.
El imponente estadio Al-Bayt, que recrea una tienda beduina en medio de la zona despoblada y árida, presentaba kilómetros de congestión de tránsito en las autopistas circundantes.
De los ocho escenarios de la Copa del Mundo, Al Bayt es el segundo de mayor capacidad (60.000 personas) y el único que no está conectado con la red de metro, de uso gratuito para todos los titulares de la tarjeta Hayya.
Esa particularidad forzó a que todos los concurrentes lleguen por la misma autovía, con las importantes demoras y el apuro por entrar a la cancha le restó color a la previa en las inmediaciones.
Dentro de ella, la animación estuvo a cargo de los 2.000 ecuatorianos ubicados en una de las cabeceras y del grupo organizado de qataríes que, percusión mediante, le puso un ambiente ruidoso al juego inaugural.