La suerte en la interna del peronismo está echada, casi, casi a la par de lo que se perfila para el futuro electoral. Solo queda ver el resultado de una historia que parece ser el «sálvese quién pueda».
Desde hace tiempo venimos exprensando la necesidad y oportunidad de la interna del justicialismo provincial y por ende su consecuente repercusión en nuestro Departamento Santa María y sus distintas localidades.
Allí afirmamos que está “renovación de autoridades” convocadas para el 27 de marzo próximo, no son más que un llamado de forma institucional para que todo siga igual y no a abrir las puertas a una verdadera y legítima participación. De esta forma se asegura que quienes están sentados en las sillas actualmente, continúen por un período más mínimamente.
A nivel provincial ya lo expresó el actual presidente del partido, Óscar González, el presidente será el “Gringo” Schiaretti. En la ciudad de Córdoba repartirán sus cargas la esposa del Gobernador, Alejandra Vigo y los llaryoristas.
Ahora en el Departamento Santa María, donde el actual presidente es el ministro Facundo Torres y en el circuito Alta Gracia su hermano Marcos, ¿quedarán las cosas igual?.
Al parecer las altas temperaturas no calentaron los motores de otros sectores no afines a los Torres, a pesar que el apretado cronograma electoral para la interna sigue avanzando.
Se sabe que siempre se puede esperar alguna sorpresa del actual legislador, pero por el momento parece que la cuestión es dejar que las pocas aguas de este verano sigan corriendo.
Por otro lado, los intendentes y presidentes de comunas que no se sienten contenidos por el tándem oficialista conformado por: Alta Gracia (Facundo Torres) – Despeñaderos (Carolina Basualdo) – Toledo (Victor Toledo), ¿dejarán que se queden con todo?.
Ante ese escenario, a aquellos dirigentes no oficialistas les quedan dos opciones. Armar una lista alternativa para enfrentar a los ungidos por el Panal o negociar.
La primera de las alternativas sería, más allá del resultado, marcar la cancha al esquema “torrista” que ya demostró que intenta quedarse con todo. La segunda, es que bajo el discurso de la “unidad” vayan a una negociación donde seguramente quedarán a la cola de un poder que no tolera voces disidentes.
La suerte en la interna del peronismo está echada, casi, casi a la par de lo que se perfila para el futuro electoral. Solo queda ver el resultado de una historia que parece ser el «sálvese quién pueda».