La reflexión es de Miryam Flamand, integrante del Observatorio de las personas con discapacidad “Odis”, en el Día Nacional de la Accesibilidad.
Este 15 de marzo se conmemoró el Día Nacional de la Accesibilidad, un tema necesario que intenta instalarse en la agenda, pero que aún tiene la resistencia de muchos gobiernos.
“No se avanza mucho porque en realidad se piensa que la accesibilidad es poner rampas y la accesibilidad va mucho más allá de poner rampas; y en todo caso, si se colocan, hay que hacerlo bien….”, reflexiona Miryam Flamand, integrante del Observatorio de las personas con discapacidad “Odis”.
“La accesibilidad es pensar en circuitos donde todos podamos desplazarnos sin ningún inconveniente, por eso digo que estamos muy lejos todavía de ser una ciudad accesible. Esta ley es del año 1994, es decir que tiene unos cuantos años. Alta Gracia empezó en un momento a querer ser una ciudad accesible pero después, sobre todo en los últimos tiempos, dejó de serlo. No se hacen las obras, no se tienen en cuenta las personas con discapacidad, todavía no hemos logrado tener semáforos sonoros para personas ciegas, quedaron hechas las sendas táctiles que se colocron cuando se hizo la remodelación de la plaza Solares y después no se hizo más nada… Cuando hablamos de accesibilidad, hablamos también de personas mayores, de la mamá embarazada, hablamos de personas que momentáneamente tienen una fractrura y necesitan accesibilidad para moverse; es decir…hablamos de muchas cosas no es solamente discapacidad. La accesibilidad nos abarca a todos porque todos en un momento vamos a envejecer y todo vamos a necesitarla en el lugar en el que vivimos, por eso necesitamos que lo poco que se hace se haga bien y que se respete el 10% de las pendientes que tienen que llevar las rampas, vados o accesos, porque no se respetan”, agregó.
Esta mirada hacia la inclusión, como se dijo materia pendiente aún, es lo que intenta revertirse, pero para ello debe haber compromiso de dirigentes, que son en definitiva quienes proyectan y concretan las obras. “Por el lado de la discapacidad, en tanto, Alta Gracia se ha transformado nada más ni nada menos que en una carrera de obstáculos para quellas personas que se movilizan en sillas de ruedas o con alguna discapacidad motriz”, finalizó.