La denuncia vecinalista por irregularidades en las elecciones barriales de Villa Oviedo, no sólo desnudaron la interna dentro del oficialismo (Torres vs Ortiz), sino además la ya conocida forma de disciplinamiemto que tienen los hermanos Torres para quienes no se alinean a sus “ideas”.
La víctima en esta ocasión fue el candidato de la lista 2, Julio López, empleado municipal, de impecable legajo laboral y de larga trayectoria en el vecinalismo. ¿Por qué? López tuvo la osada decisión de presentar una lista para enfrentar a la apadrinada por el oficialismo municipal en las elecciones para la renovación de autoridades del Centro Vecinal de Villa Oviedo.

Además de reclamar la falta de transparencia de funcionarios del gobierno de Torres en dichas elecciones, manifestó en el Concejo Deliberante que recibió represalias económicas como empleado por haber tomado la decisión de participar activamente en la compulsa electoral.
“Me sacaron las horas extras porque presenté esta lista” fue literalmente lo que denunció el dirigente vecinalista de Villa Oviedo en recinto legislativo de la ciudad.
Lo que puede parecer un hecho aislado y particular, no es más que la modalidad sistemática y rutinaria que estos dirigentes utilizan para acallar a todo aquel que ose salirse de los andariveles que ellos determinan.
Cabe recordar también lo ocurrido días pasados, situación que desde Mi Valle informamos, sobre la presión del Ejecutivo municipal a los Centros Vecinales para que no participen de la reunión en la que se iba a tratar el proyecto de Ordenanza de Presupuesto Participativo. El boicot vino porque la iniciativa fue presentada por el bloque opositor, Alta Gracia Crece.
Se pueden enumerar varias situaciones de este tipo; algunas más visibles que otras, pero existentes al fin. Sin ir más lejos, el propio Director de Participación Ciudadana y Recursos Humanos (que ha sido todo este tiempo un salvavidas de plomo para la gestión) no tuvo problemas en llevar incluso un poco más allá la discusión y limitar la libertad de los dirigentes sin tapujo alguno, tras expresar a un medio local que “funcionario que no vea a Marcos Intendente por muchos años no tendrá futuro”😳.
En el 2019, quien se desempeñaba como vice intendente ya había advertido estas situaciones, es decir, el “modus operandi” de los Torres (Hecho que provocó varios heridos a la actualidad) . En aquella oportunidad varios trabajadores habían sido despedidos de sus puestos por evitar la autoproclamación de Marcos Torres como candidato a Intendente del justicialismo de la ciudad. Fue por todo esto, que en esa ocasión Juan Saieg se hizo presente en la carpa montada al frente de la municipalidad para solidarizarse con los trabajadores y denunciar “persecución ideológica” por parte del entonces Intendente Facundo Torres por la medida adoptada.
Es una realidad indiscutible que nada justifica a los gobernantes de turno utilizar los recursos que son de la sociedad como propios y de este modo premiar o castigar a quienes consideran sus amigos o enemigos; sin embargo esto viene sucediendo en Alta Gracia desde el año 2015. Y lo más grave no es solo que está absolutamente naturalizado, sino que se hace impunemente frente a la comunidad y hasta de los mismísimos concejales (como pasó este miércoles con el trabajador de Villa Oviedo), justamente quienes debieran ser los defensores de los derechos ciudadanos. Y si se supone que por una cuestión de mano de hierro no pueden hacerlo los oficialistas, sería importante que la oposición, al menos, saliera a advertirlo, pero nada de eso sucede.
Sin dudas, cualquier parecido con el arcaico sistema feudal, no es pura coincidencia.