“La personalidad narcisista se caracteriza desde el punto de vista clínico por un tipo de relación presidida por la soberbia, la arrogancia y la altanería, tres rasgos que son expresión manifiesta de la sobrevalorización o idealización del Yo. A esta tríada –soberbia, arrogancia y altanería– le acompaña y complementa una actitud de desprecio y desvalorización de las demás personas”.
Un conocido empresario de Paravachasca relata siempre la misma anécdota, cuando lo visito un miembro del gabinete provincial a su complejo deportivo y le comentó, “Aca juega Facundo Torres con sus amigos”, a lo que el funcionario provincial, con una mirada cómplice le respondió, casi al mismo tiempo, “y seguro gana siempre, porque él NUNCA pierde”.
Ese simple intercambio, dejó ver cuál era la mirada que miembros del gobierno tenían de la promesa de Santa María, un ministro joven con mucha verba, que todo el tiempo pensó en replicar su modelo de antropocentrismo torrista.
Facundo Torres no es más el Ministro de Gobierno, lugar que ocupo en los inicios de último mandato que tendrá el gobernador Juan Schiaretti, básicamente porque no estuvo a la altura.
Si bien siempre dentro del Panal le decían “el ministro sin ministerio”, su función era la de sostener el armado político en el territorio. Se buscaba una suerte de RR. PP., con la dirigencia que construyó el proyecto provincial, el fuerte del peronismo cordobés, sus intendentes, presidentes comunales y concejales.
Esta misión no fue alcanzada nunca por el mayor de los Torres, su relación fue coercitiva, a punta de encuestas y amenazando en más de un Zoom, con la frase, “el que no se alinea con el gobernador, le planto un candidato en su localidad”, fueron gestos que no estuvieron dispuestos a tolerar, dirigentes históricos del interior provincial.
La salida del ministerio de gobierno deja a las claras que el rol político fracaso, por lo bajo los ejecutivos no toleraban su altanería y mucho menos las “constantes clases como manejar el territorio” en localidades que había pisado por primera vez.
Marcos Juárez fue quizás su punto sin retorno, esgrimiendo su altruismo permanente, alejado de la realidad electoral y exponiendo al gobernador más ganador de la historia cordobesa a la derrota inesperada a meses de una nueva elección.
Facundo es joven en política, hasta ahora siempre heredó más de lo que construyó, quizás esta oportunidad le sirva para realizar un trabajo introspectivo, reconociendo que esto es un trabajo en conjunto y las herencias, si no producís nada, te las terminas comiendo.