Hay una nueva persona involucrada en el asesinato del tarotista que encontraron muerto en mayo del 2024 en la localidad de Villa La Bolsa. La mujer detenida es la pareja del imputado, quien enfrenta cargos por encubrimiento agravado
Este martes, una nueva persona quedó detenida por el crimen de Pablo Giménez, quien fue encontrado muerto en la localidad de Villa La Bolsa en mayo del año pasado.
La mujer detenida es la pareja del imputado, Lucas Cejas, quien enfrenta cargos por encubrimiento agravado tras sustraer objetos de la víctima.
Al respecto, Mi Valle dialogó con el Abogado Axel Aurich quién dio más detalles de la causa:
“La Fiscalía a cargo del Dr. Peralta Ottonello ordenó la detención de una tercera persona que está acusada de encubrimiento agravado por el homicidio que se cobró la vida de Pablo Giménez”.
“El presunto asesino era un conocido de la víctima y las otras dos personas detenidas serían encubridores de esta persona por las pertenencias que le fueron robadas a Pablo” agregó.
Además expresó que “la causa está en una instancia de investigación” y que si bien la parte del homicidio ya está cerrada “quedarían otras cuestiones que la Fiscalía está resolviendo con respecto a los otros imputados”.
Se estima que este año, se elevará la causa a juicio a la Cámara.
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El crimen del tarotista
El crimen se habría producido en la madrugada del domingo 12 de mayo último, pero el cuerpo recién fue hallado por un amigo el lunes 13 por la tarde. Giménez Casado vivía desde hacía algunos años en La Bolsa, aunque era oriundo de Pico Truncado, una localidad ubicada en Santa Cruz. Coordinaba el cuidado de unas cabañas.
Al respecto, el subdirector de la Departamental Santa María, Jaime Ravell, explicó que llegaron a la casa de la víctima situada en calle La Rioja, en un sector concurrido de la localidad, alertados por el llamado de un amigo que les informó que hacía tiempo no podía comunicarse con él.
El amigo habría observado desde una ventana que el hombre se encontraba tendido sobre la cama cubierto por una sábana pero no respondía a los llamados, ni a los gritos. Fue en ese momento que decidió llamar al 911. De la casa faltaban el auto, dinero y el celular, entre otras pertenencias. Las cámaras de seguridad al ingreso del domicilio habían sido arrancadas.
