Estaba a la vera de la ruta, midiendo la velocidad cuando observó cómo un vehículo se le venía encima. Se tiró por un barranco y el puesto donde estaba fue embestido.
“Creo que tengo un Dios aparte”, dice el cabo Ariel Garay horas después del choque en cadena que le podría hacer costado la vida mientras se encontraba controlando la velocidad de los vehículos en las Altas Cumbres.
“Estaba con el cinemómetro, en ese momento un gran impacto, un ruido fuerte donde colisionan dos vehículos y a causa del primer accidente, uno me pasa demasiado cerca, otro vehículo se aproxima a velocidad muy alta, despista por banquina a donde estoy, veo que lo tengo cerca, salto a los pastizales”, contó a Mitre Córdoba.
Y, agregó: “Me golpeo contra las piedras, tuve la ayuda de gente y veo que el radar termina abajo de uno de los rodados”.
Fuente: La Voz