Las hizo el intendente de Alta Gracia, Marcos Torres en contra del Tribunal de Cuentas. “La bronca” viene de antes y tiene que ver con algunos pagos que no avala el Tribunal por ser “poco claros”, dicen; sobre todo cuando se trata de determinadas empresas. ¿Un ejemplo? los 4 millones que quiere pagar el municipio por un saneamiento del canal Falucho que no se hizo. ¿Comenzó la guerra?
La historia comenzó mucho después de lo que algunos suponían. Es que cuando Marcos Torres ganó al intendencia de Alta Gracia (“pidiendo la hora”, dicen algunos); y el Tribunal de Cuentas quedó en manos de la oposición (un hecho que se dio por primera vez en la historia de la ciudad), muchos suponían que el Tribunal iba a comenzar una guerra similar a los planteamientos mediáticos que se vieron en las oposiciones de algunas comunas, pero nada de eso sucedió. Desde el principio se los vio trabajando con un perfil muy bajo, hecho que incluso les costó duras críticas hasta de su mismo partido.
“Parece que ya hicieron alianza con los Torres como cuando estaba…”, se quejaron algunos correligionarios y les planteaban que “no estaban haciendo su trabajo”. Ante esto, Leticia Luppi, la presidente del Tribunal, en declaraciones a Mi Valle decía: “Nosotros estamos para hacer un trabajo ordenado y serio, no para hacer política en las radios o canales de TV. Debemos velar por las arcas municipales controlando los gastos. Repito, no tenemos tiempo de estar en los medios”. Por su parte, el intendente, reconocía “el bien trabajo del Tribunal” cada vez que podía.
Con algunos cruces y planteamientos (en off) la cosa fluyó un tiempo entre el Tribunal y el Ejecutivo hasta que comenzó a frenarse por algunas cuestiones que no solo observó el Tribunal, también lo hizo la misma gente con duras acusaciones. ¿Un ejemplo? la plaza (Mitre) de los 15 millones de pesos, la pileta semiolímpica de 30 millones (una obra similar a la que hizo Río Primero y en esta última ciudad costó 3 millones), la obra también millonaria de calle Rossi y sus graves falencias en la contratación; y varios gastos más que incluso no salieron a la opinión pública, pero que se conocieron como trascendidos.
Todo esto comenzó a generar rispideces mucho más fuertes y los posicionó claramente en veredas opuestas. Sin embargo… hoy fue el mismo intendente el que se encargó de quebar del todo la relación con acusaciones públicas que realizó durante un acto de inauguración: ¿Hay un sitio más inapropiado para hacer esto?, claramente no.
Pero…¿por qué salen ahora estas acusaciones? porque -dicen los que saben- que “la bronca” viene de antes y tiene que ver con algunos pagos que no avala el Tribunal porque son “poco claros”, sobre todo cuando se trata de determinadas empresas. Todo esto terminó de explotar hoy cuando los tribunos de Alta Gracia Crece fueron a hacer la tercera inspección ocular de la obra de saneamiento del Canal Falucho “y vimos que no está terminado. Osea, un secretario y un director firman diciendo que está lista cuando no lo está. Pretenden que el pueblo de Alta Gracia pague 4 millones de pesos a una empresa privada por un saneamiento que no se hizo”, dice Luppi al respecto.
El pago fue denegado y la pelea arrancó ante las cámaras…un territorio que el hermano del ministro comenzó a querer mucho más que el mismísimo sillón de Lepri. Claramente las acusaciones de poca monta y con alto riesgo político del intendente desataron una guerra que sin dudas no le será favorable, sobre todo cuando (a pesar de las obras en marcha) su imagen no remonta y cuando los números de algunas contrataciones son muy poco claros y vinculan, casi siempre, a los mismos actores.