Vacunación contra el Covid-19: ¿puede ser obligatoria?

Un nuevo proyecto de ley para incluirla en el calendario obligatorio disparó el debate. Si bien el Gobierno nacional lo desestimó, la medida divide opiniones entre los expertos.

Una iniciativa presentada por dos diputados oficialistas en el Congreso Nacional disparó el debate: ¿debe ser obligatoria la vacuna contra el Covid-19? Si bien la ministra de Salud, Carla Vizzotti, desestimó la propuesta, en otros países ya se están tomando medidas en ese sentido.

Y no son pocos los que desde el sector de la Salud opinan que Argentina debe avanzar en ese sentido para que la inmunidad acorrale al virus. Sin embargo, hay varios elementos que hay que tener en cuenta, que van desde el procedimiento para incluir una vacuna en el calendario obligatorio, pasando por la bioética y el derecho de las personas.

El proyecto de ley de los diputados Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva (Frente de Todos) propone que la vacuna contra el Covid-19 se incorporara al Calendario Nacional de Vacunación, con “carácter gratuito y obligatorio” para mayores de 18 años.

Vizzotti dijo, días después, que no está dada la situación para incorporarla al calendario y consideró que la obligatoriedad no serviría para convencer a los que no se quieren aplicar las dosis.

En esa línea, la diputada nacional por Córdoba Laura Rodríguez Machado recordó que la incorporación al calendario no se hace por el Congreso, sino que es mediante una resolución del Ministerio de Salud de la Nación, tal como lo establece la ley 27.491 de Control de enfermedades prevenibles por vacunación.

El calendario se actualiza a través de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) y de una resolución ministerial.

A FAVOR DE LA VACUNACIÓN OBLIGATORIA CONTRA EL COVID

Más allá de esa cuestión burocrática, hay especialistas que consideran que hay que avanzar en ese sentido, tal como lo hizo Austria, que obligará a la vacunación desde febrero.

El médico Oscar Atienza, magíster en Salud Pública, destacó el ejemplo austriaco porque “hoy, el problema ya no es la pandemia a nivel mundial, sino los antivacunas”.

“El 85 por ciento de los internados y casos graves a nivel mundial son de antivacunas, que arrastran a mucha gente que no se puede vacunar y necesita de los servicios sanitarios”, sostuvo Atienza.

Y agregó: “El año pasado peleamos contra el Covid-19, este año será contra los antivacunas. Si no fuese por ellos, a nivel mundial tendríamos ya suficientes vacunados como para que la pandemia vaya bajando”.

El docente universitario indicó que el 50 por ciento de la población mundial tiene dos dosis, el 60 por ciento una dosis y se detuvo ahí: “Hay que llegar al 80 por ciento para frenar esto, sino el virus seguirá mutando y esto no termina más. Los líderes del mundo entienden eso y van contra los no vacunados que son el problema hoy día, ya no es más el coronavirus”.

El epidemiólogo Hugo Pizzi se expresó en el mismo sentido. Dijo que es una medida que se está analizando en varios países y que “sería atinado” avanzar en esa línea.

Belkys Maletto, quien dirige el grupo de Vacunas en el Departamento de Bioquímica Clínica-Cibici (Conicet) de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, opinó que Argentina está en un momento en el que se puede incorporar como obligatoria a la vacuna contra el Covid-19. “Todas las vacunas demostraron una efectividad muy buena y un muy buen perfil de seguridad”, remarcó.

“Argentina es un ejemplo a nivel mundial. Hasta el momento en el calendario tiene 15 inmunizaciones para todos y dos más para población en zonas de riesgo, todas son obligatorias y gratuitas. Cada una para un grupo etario determinado, como la de influenza que es obligatoria y gratuita para mayores de 65 años y embarazadas”, ejemplificó. Aunque dijo que por ley es obligatorio, pero en la práctica se vacunan quienes quieren.

CAUTELA POR LA VACUNACIÓN OBLIGATORIA

El exministro de Salud provincial Francisco Fortuna se mostró más cauto. Explicó que la vacunación requiere un proceso de evaluación de la epidemia hasta que se den las condiciones que habiliten la inclusión en el calendario. “No se puede decir que no, pero debe transcurrir un tiempo en el que se analice el comportamiento del virus y de la inmunidad de la población”, señaló.

El médico Carlos Di Pietrantonio, especialista en Salud Pública, sostuvo que la obligatoriedad es “controversial” por varios aspectos. Uno de ellos tiene que ver con que las vacunas aún no tienen la aprobación definitiva.

“Ninguna me puede garantizar que no voy a tener ningún contratiempo, ningún efecto adverso. Y de eso es de lo que se han protegido muy bien los laboratorios con la firma secreta de convenios frente a los diferentes países. Esta falta de garantía está también expresada consintiendo al vacunarnos”, explicó.

“Entonces, frente a este hecho de que el Estado no puede garantizar que yo voy a estar libre de efectos adversos, ¿puede el Estado obligar a vacunarme?”, agregó.

Por ese motivo, indicó que el mundo se inclina más a que los que no se vacunan no puedan acceder a una libertad total, “pues los demás también tienen derecho a exigir a que nadie tire por tierra los esfuerzos que han hecho frente a preservarse de la enfermedad”.

Di Pietrantonio aclaró que está a favor de las vacunas, pero también consideró que la vacunación debe ser una alternativa válida pero que no se cercene la libertad de elegir sobre el cuerpo.

En ese sentido, recordó que los Testigos de Jehová rechazan las transfusiones de sangre, y que eso se respeta. Aunque también indicó que con esa acción no se pone en juego la salud de terceros.

ÉTICA Y EL DERECHO DE LA VACUNACIÓN OBLIGATORIA

La abogada especialista en derecho constitucional Guadalupe Valcarce analizó la veta legal de la posible obligatoriedad. Primero, consideró “estratégica” la decisión de incluirla en el calendario de vacunación obligatorio.

“Por ahí tenés la posibilidad de compeler a colocarse la vacuna y restringir ciertas actividades para las personas que no se han colocado la vacuna o no tienen el calendario completo: por ejemplo con los chicos en el colegio”.

No obstante, Valcarce explicó que las personas mayores de 18 años pueden expresar su voluntad y decidir no vacunarse. “Es algo bastante complicado, es la misma discusión que se dio en algunos países de Europa y que por eso la han solucionado, simplemente, con el pase sanitario: exigir la vacunación en determinadas actividades, pero no al nivel que se está proponiendo acá en Argentina”.

“La vacunación masiva tiene mucho más que ver con la inmunización de todos o alcanzar la inmunidad del rebaño que con la estrategia individual. Entonces ahí empieza a ver una tensión bastante grande con la autonomía de la voluntad”, profundizó la docente universitaria.

Y agregó: “Con la autonomía de la voluntad tenemos el posible daño a terceros. El argumento ‘yo soy libre de hacer con mi cuerpo lo que quiera’ tiene algunos inconvenientes porque el principio de autonomía tal cual como está reconocido en nuestra Constitución tiene un límite claro que es la nueva afectación de terceros”.

LA ÉTICA DE LA VACUNA OBLIGATORIA

Florencia Luna, investigadora principal del Conicet y directora del Programa de Bioética en la Maestría de Flacso, remarcó que aún desde las posiciones más libertarias, por ejemplo de John Stuart Mill, siempre se ha aceptado que hay una restricción en la libertad individual en tanto prevenga daños a otras personas.

“Me parece que este proyecto de ley tiene en cuenta los posibles daños que pueden generarse a otras personas y el hecho de que estar todos vacunados podría evitarlo”, afirmó.

La especialista agregó que desde la ética también lo que se plantea es que cuando se interfiere con derechos fundamentales o libertades fundamentales, como puede ser la de decidir o no inyectarse una vacuna, hay que tener un enfoque bastante cuidadoso porque, en realidad, lo que se plantea es un conflicto entre valores o principios.

“Lo que se tiene en cuenta es lo que se llama un principio de proporcionalidad: es decir si es legítimo el fin de proteger la salud de las personas y evitar que otras personas enfermen, personas que por condiciones médicas no se pueden vacunar. Entonces, cuanto más estemos vacunados, protegemos aquellos que realmente no lo pueden hacer por cuestiones médicas”, apuntó.

No obstante, agregó otro elemento: “Lo que se tiene que ver es que no haya una alternativa mejor y que la obligatoriedad sea necesaria. Entonces, desde la bioética se promueve hasta dónde se puede tener en cuenta la educación, toma de conciencia, trabajo con la comunidad, y dejar esto como última medida”.

En ese sentido, consideró que los pases sanitarios son un poco más respetuosos “porque en realidad no te obligan a vacunarte, pero lo que hacen es proteger a las personas que sí están vacunadas”.

“Y en este sentido, la bioética lo que trata es de establecer este balance, este principio de proporcionalidad”, explicó Luna.

Finalmente, otro punto que aparece según la especialista es que las vacunas están en etapa experimental, “y entonces hay que ser muy cauteloso respecto de lo que se aprueba y lo que no se aprueba”.

Fuente: La Voz