En un acto que algunos califican de rebeldía, otros de desazón o quizás de decepción, más de 250 intendentes de localidades cordobesas, incluidas varias de Santa María, anunciaron que separarán sus elecciones de las provinciales.
Según el círculo rojo de Schiaretti y Llaryora esto no afectaría en nada, dicen, según los cálculos que sacaron para que el elegido del gobernador gane; sin embargo, los viejos dirigentes están seguros que harán sentir su enojo por el “destrato que tuvimos” aseguran en relación a la autonomía municipal y la posibilidad de reelección.
Si bien los allegados al Gringo están seguros de que la matemática les da, otros dicen que le van a pifiar como en Marcos Juárez, no solo porque la oposición está muy fuerte, sino porque los intendentes son dirigentes de territorio, y como tal manejan una buena cantidad de votos.