En la sesión del Concejo Deliberante de este miércoles, se presentó oficialmente el proyecto FrutaLibre, una innovadora propuesta de economía circular comunitaria que busca posicionar a Alta Gracia como una ciudad líder en sostenibilidad urbana, inclusión social y gestión de recursos alimentarios.
El proyecto, impulsado por el vecino Franco Maldonado, propone la creación de una plataforma digital colaborativa donde cualquier habitante que posea un árbol frutal pueda registrar su ubicación y ofrecer su fruta a quienes la necesiten, de manera gratuita, directa y segura. A través de esta red, los vecinos podrán conectarse para coordinar la recolección de frutas que de otro modo se desperdiciarían, aprovechando así el abundante patrimonio frutal que caracteriza a la ciudad.
“FrutaLibre sería como ese puente que une a las dos partes: al que necesita y al que tiene”, explicó Maldonado durante su intervención, destacando que el proyecto busca recuperar una práctica común de antaño —pedir fruta al vecino— pero adaptada a los tiempos actuales, donde la desconfianza y la fragmentación del tejido social requieren nuevos canales de confianza y organización.
La propuesta recibió el respaldo unánime de todos los concejales y fue girada a comisión para su evaluación técnica, con el objetivo de institucionalizarla como política pública local. De avanzar, Alta Gracia se convertiría en la primera ciudad de Argentina —y posiblemente del mundo— en implementar un sistema público de redistribución comunitaria de fruta urbana.
El impacto potencial de FrutaLibre es enorme. No solo podría reducir el desperdicio alimentario y fortalecer la seguridad nutricional de sectores vulnerables, sino también proyectar a Alta Gracia como un modelo global de ciudad innovadora, sustentable y comprometida con su comunidad. Ejemplos como Rosario con su cinturón agroecológico o Medellín con sus escaleras mecánicas comunitarias muestran cómo políticas locales pueden inspirar cambios globales. En esa línea, FrutaLibre aspira a convertirse en un nuevo sello de identidad de Alta Gracia, acompañado por una narrativa poderosa: la de un vecino que creó una solución y un municipio que la transformó en política pública.
Además de sus beneficios ambientales y sociales, la propuesta presenta oportunidades estratégicas para el municipio: generar alianzas con organismos internacionales, acceder a fondos de financiamiento en áreas como cambio climático, innovación pública o soberanía alimentaria, e incluso convertirse en un atractivo turístico bajo el concepto de “turismo frutal” o rutas verdes urbanas.
“FrutaLibre no es solo un gesto solidario; es una estrategia urbana transformadora con un inmenso valor político, cultural y ambiental”, subrayó Maldonado. Su propuesta incluye componentes como la medición de impacto, datos públicos abiertos, un registro vivo de árboles frutales, ferias temáticas, reconocimiento ciudadano y la institucionalización del programa en el organigrama municipal.
Lejos de ser una simple aplicación, FrutaLibre representa una visión de ciudad donde la innovación surge desde lo cotidiano, y donde la fruta que crece en veredas y patios puede convertirse en símbolo de equidad, colaboración y futuro compartido. “Nuestros abuelos plantaron los árboles que hoy nos alimentan. Este proyecto es, en algún punto, en honor a ellos”, expresó Maldonado con emoción.
El proyecto ya cuenta con una versión preliminar (MVP) de la plataforma, y se encuentra en busca de financiamiento para su implementación definitiva. Quienes deseen conocer más o sumarse a la iniciativa pueden seguir el proyecto en redes sociales como Fruta Libre en Instagram y Facebook.
FrutaLibre es una invitación a pensar distinto, a reconectar con el entorno y con los demás, y a posicionar a Alta Gracia como pionera de una nueva era urbana, donde los valores de la comunidad, la sostenibilidad y la creatividad se traducen en acciones concretas.
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