En un funeral encabezado por Francisco, miles de fieles despidieron a Benedicto XVI en la plaza de San Pedro

Miles de fieles dieron el último adiós al Papa Benedicto XVI. Sus restos ya fueron trasladados a la basílica de San Pedro, de acuerdo al protocolo del Vaticano, en una ceremonia «sin pompas», tal como lo había pedido Ratzinger.

El féretro de Benedicto XVI, fallecido el sábado pasado a los 95 años, fue transportado este jueves al término del funeral presidido por el Papa Francisco al interior de la basílica de San Pedro para su sepultura.

El sobrio ataúd de madera de Joseph Ratzinger salió de la plaza de San Pedro entre los aplausos de los fieles y será enterrado en la cripta donde descansó Juan Pablo II hasta su beatificación en 2011, fecha en la que su ataúd fue traslado a una capilla de la basílica.

Despedida de Benedicto XVI: el féretro ya se encuentra en la basílica de San Pedro

El féretro con los restos del Papa emérito Benedicto XVI fue trasladado desde la plaza de San Pedro, donde se expuso para la misa funeral, a las Grutas Vaticanas, donde será enterrado en la tumba que perteneció al san Juan Pablo II.

El ataúd fue llevado por 12 «sediarios», los portadores de las antiguas Sillas Gestatorias y los fieles en la plaza de San Pedro saludaron con un fuerte aplauso.

Antes de entrar en la basílica, el Papa Francisco que presidió el funeral se detuvo de pie algunos minutos delante del féretro y puso su mano sobre él.

Los cerca 130 cardenales que asistieron al funeral también entraron en la basílica para el saludo final mientras sonaron las campanas de San Pedro.

En la plaza de San Pedro, algunos fieles sostuvieron una gran pancarta en la que se leía «Santo Súbito» (santo ya), la petición que también resonó con fuerza durante el funeral de Juan Pablo II. La procesión con el féretro pasará por delante de la tumba del Apóstol y llegará hasta el lugar de la sepultura.

El féretro de madera de ciprés será precintado con cintas rojas, en la que se pondrán los sellos de la Cámara Apostólica, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del papa y del Capítulo Vaticano.

La caja de ciprés será encajada en otra de zinc de cuatro milímetros de espesor, a su vez encajada en otra de madera de olmo barnizada.

Sobre esta última colocarán un sencillo crucifijo y el escudo del pontífice difunto, y una sencilla lápida, en la que está escrito en latín el nombre del papa y las fechas de nacimiento y muerte, cubrirá el enterramiento.

Según la praxis, en la ceremonia que se celebrará de manera privada y ante los más cercanos al pontífice, un notario del Capítulo de la Basílica Vaticana redactará el acta de la sepultura y la leerá ante los presentes.

Fue el mismo Joseph Ratzinger quien dejó como última voluntad ser enterrado en la pequeña capilla de las cripta vaticana, donde estuvo la tumba de Juan Pablo II antes de que en 2011 se trasladase a la parte superior de la basílica para su beatificación y posterior canonización.

Benedicto XVI descansará así a pocos metros de la tumba del Apóstol Pedro, al lado de la tumba de Pablo VI y frente a la de Juan Pablo I.

Fuente: ambito.com