El histórico sitio de Alta Gracia se encuentra casi en ruinas. Pastizales, falta de pintura y humedad son ahora la cara del mítico lugar.
Un par de meses, que rápido se van, nos separan de un nuevo aniversario del fallecimiento del “Bebe” Martínez, quien estuvo a cargo de uno de los lugares con más historia de la ciudad, al punto de transformarse en un símbolo característico de Alta Gracia, que fue además reivindicado por el Concejo Deliberante como de Interés Cultural en la ciudad hace algunos años atrás.

Ahora bien, si la historia se escribe en fenómenos pero se entiende en procesos, es vital para la identidad de los ciudadanos recuperar un símbolo que describe a nuestra cultura desde el más profundo de los sentidos.
El juego, la risa, sumado a todo aquello que le acontece a una escena de vínculos familiares, son ya fotos congeladas de un pasado no muy lejano que encontró un vivir allá, por Avenida Libertador, cerca de todo aquello que creemos lejos. Es que su ubicación es ideal, tanto para el habitante de la ciudad como para el turista, por lo que, podría significar, y ya fuera de romanticismos melancólicos, una activación económica más.
El tiempo transcurre y eso es algo inevitable, los pastizales crecen, toman la altura de un caballo eléctrico que ya no sube, que ya no baja. Los letreros se despintan o caen al suelo como vestigios de una invitación que ahora disuade. La humedad, por otro lado, siempre hace de las suyas, y lentamente apaga los vívidos colores que cubrían una calecita, unos aviones, una identidad…
Responsabilidades
Según informan fuentes municipales, Bebelandia, si bien era un símbolo del “Bebe”, el querido músico y calesitero de nuestra ciudad, “está bajo la órbita municipal”, dicen; ya que -según se sabe- el AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) entregó esas tierras al municipio para su cuidado y preservación, tal cual sucede con todos los otros sectores del ferrocarril. “El manejo de ese espacio estaba entregado en comodato al Bebe, y así venía funcionado” hasta su muerte, en septiembre de 2020, aclaran.
¿De quién es la responsabilidad entonces del cuidado de ese lugar? será cuestión de que se pongan en la balanza todos estos condimentos a fin de no descuidar ninguno de los aspectos vitales para la idiocincrasia de la comunidad de Alta Gracia.




























Cuánta maldad!!! Era necesario?? Sinceramente no puedo creer que hayan publicado esa nota sin ir a la fuente!! Tristeza total!!