Vecinos declararon que se encuentra en un muy mal estado, y en términos de salud implica grandes riesgos.
Estos últimos días un foco de molestias y dudas se formó en torno a la sede que el peronismo provincial tiene en Alta Gracia y su actual estado.
Desde la basura como decoro exterior, a los altos pastizales que se ubican en el patio del establecimiento, el cual comprende como mínimo unos 50 metros de largo.
Por otra parte, vecinos aledaños al lugar cuya identidad prefirieron preservar, declararon a Mi Valle que “se llena de bichos de cualquier tipo, alacranes, hasta se nos metió una lagartija grande que no pudimos atrapar y eso es un problema”.
De hecho, a la hora de pensar en una respuesta, otro de los vecinos aseguró: “yo fui hasta la municipalidad, a mi me anotaron y me dijeron que iban a buscar a ver quién tiene las llaves, para mandar a alguien a que lo limpie”.
“Nosotros juntamos pesito por pesito para tratar de tener limpio todo, pero así es muy difícil“, esto ya que el vecino debió de tomar la decisión de podar el personalmente grandes pastizales que le ingresaban a su casa a través de la tapia.
Por otra parte los vecinos interpretaron “que solo se puso interés durante el tiempo que lo necesitaron, mientras que cuando esto terminó, el lugar quedó completamente abandonado”.
NUEVA CONDUCCIÓN ELEGIDA POR FÓRCEPS
Cabe destacar que el partido está intervenido y es el actual intendente Marcos Torres el responsable de este lugar ya que luego de que el ala torrista tomara la sede y cambiara la cerradura, organizó una asamblea para que Torres pueda quedarse como presidente del circuito Alta Gracia.
Eso fue en julio del año pasado. En ese momento, en declaraciones a la prensa, dijo «fui electo como nos pidieron de Córdoba que lo hagamos (…). Lo voy a hacer siempre mirando para adelante con total compromiso, tratando de que estos climas que pasaron últimamente por falta de conducción no vuelvan a ocurrir»
Declaraciones un tanto contradictorias luego de ver que la casa partidaria está cerrada hace meses y en total estado de abandono. En este caso, no solo dejando a los militantes sin su espacio, sino también complicando la vida de los vecinos.
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