La última Apertura de Sesiones del Concejo Deliberante de Alta Gracia que Facundo Torres presidió como Intendente, en Marzo del 2019, estuvo invadida por una murga que vitoreaba a Marcos (hermano de Facundo) para que sea candidato al sillón de Lepri, en las elecciones de ese año.
Esa puesta en escena, estuvo coronada con la declaración pública del ex ministro Hugo Testa quien dijo: “Marcos es mi candidato a Intendente” y también agregó una serie de elogios hacia su elegido como: “Es joven, tiene empuje, está capacitado”.
Sin embargo de aquel apoyo incondicional, lleno de bendiciones a la figura de Marcos, a hoy, donde hay cosas que no lo satisfacen, parce que “pasaron cosas”. Estas cosas que pasaron seguramente deben estar reflejadas en las encuestas que, con asidua puntualidad, realiza el gobierno provincial y municipal. Al parecer los resultados que estarían arrojando los sondeos no están siendo muy favorables sobre la gestión de gobierno que encabeza el menor de los Torres.
Sería un gesto de nobleza política por parte de Testa reconocer también, que el proyecto de Marcos Torres Intendente consistía fundamentalmente poner a alguien del “palo”, más allá de las capacidades que tuviese para el cargo. Interesaba principalmente concentrar un poder sectorial, auspiciado por Testa y gerenciado por el mayor de los Torres (Facundo).
Testa se da cuenta recién ahora, luego de tres años, que las cualidades que decía tener su delfín, no son tales. Sorprendente de un funcionario que en el momento de decidir candidaturas, ya era asesor del gobierno provincial, con rango de ministro y que lleva más de veinte años siendo parte del estado público provincial.
Es deber de que quienes ostentan el título de dirigentes, evalúen con antelación y responsabilidad los costos/beneficios de sus decisiones y no el lamentarse cuando las consecuencias son irreversibles. Total, la fiesta la pagan los vecinos.