Es inédito lo que está ocurriendo en la ciudad del Tajamar. Un grupo de vecinalistas le pide al municipio que no los coercione y dicen -sin pelos en la lengua- que el partido gobernante está “usando” a los referentes para hacer política. No es “sano”, dicen, que los candidatos del oficialismo trabajen en el municipio o reciban planes o programas. “Tampoco que quiten las horas extras o amenacen con despidos a los empleados si decimos lo que pensamos”, reclaman.
Desde este medio ya ha informado la grave realidad institucional que vive Alta Gracia, y está a la vista con acciones que día a día no dejan de soprender y de preocupar. Ocurrió la semana pasada en el Concejo Deliberante cuando un empelado municipal fue a decirle a los concejales que le habían quitado las horas extras porque osó presentarse en lista opositora a las elecciones del Centro Vecinal de su barrio. Días después, un grupo de vecinalistas se paró frente al Ejecutivo a reclamar gravísimos hechos que tienen que ver con la coerción y el clientelismo político. “Nosotros no somos punteros”, aclararon y esto, sin dudas, tiene un mensaje fuertísimo para quienes hoy comandan el municipio de la ciudad.
Dialogaron con el intendente pero no hubo muchas soluciones porque justamente a quien acusaban de violento, era al coordinador del Consejo del Vecino, y Torres optó por sentarlo a su lado y bancarlo ante tan graves acusaciones. (¿Será que lo que hace Agustín Saieg es justamente lo que necesita hacer el intendente y lo manda a realizar el trabajo sucio?). Los hechos dicen justamente eso, y si fuese así, todo sería más grave aún.
“El vecinalismo está en crisis, jamás pasó esto en Alta Gracia, muchos de los que hoy están a cago de los Centros Vecinales son empleados del gobierno de turno, y los que no quieren serlo, los separan , los corren y tratan de comparlos”, dijo un viejo dirigente de la opocisión asombrado por lo que está pasando frente a la vista de todos. Pero…como para demostrar que la cosa funciona y nada de lo real es real, este martes a la noche reunieron a los referentes barriales y a la cita fue el intendente. “Nos quiso ajustar las cuerdas, como si no estuviéramos en democracia. Y lo que es peor, juega con la necesidad de la gente, porque esa poca plata que le dan a uno u otro referente barrial le hace falta y agacha la cabeza. Y sino, si te ponés en contra, ya sabés que a tu barrio no viene nada”, manifiesta uno de ellos a Mi Valle, quien claramente prefirió no dar a conocer su nombre.
De esta manera la actual gestión municipal intenta llegar a las elecciones del 2023. Con un cúmulo de gente en los barrios que se encargaría de hacer el territorio que no tienen los funcionarios; y tratar de captar adeptos, a pesar de tener muy alta imagen negativa. Eso, si solo miramos la parte política que claramente sería lo menos importante en este asunto.