El dirigente radical es una pieza clave en el engranaje partidario. El acuerdo llegó tras una reunión con Rodríguez Larreta.
Mientras Rodrigo de Loredo estira la definición respecto de su candidatura, Luis Juez profundiza sus acuerdos con distintos caciques del radicalismo, con la intención de alambrar a quien fue su socio un año atrás.
La última alianza que tejió el líder del Frente Cívico, y quizá la que más llamó la atención por el pasado de ambos, es con Mario Decara, el radical que comanda la Defensoría del Pueblo de la Provincia desde 2008.
Decara está impedido de actuar políticamente, pero es el jefe del radicalismo en los departamentos de Punilla y Cruz del Eje y mantiene un rol clave en la relación entre la UCR y el Gobierno provincial. Él suele definirse como “un hombre del sistema”.
En este último rol, semana atrás, pergeñó una jugada para que los intendentes radicales impedidos de presentarse a la re-re pudiesen hacerlo: impulsó desde la Defensoría del Pueblo una ordenanza electoral municipal, con lo cual la ley provincial no podría aplicarse en los municipios. El argumento era que la autonomía municipal pesaba más que el Código Electoral Provincial. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia volteó la jugada.
Sin embargo, los 70 intendentes radicales que no podrán buscar una última re-reelección ven en Decara a un dirigente que se “preocupó” por ellos. En cambio, Juez destrató a los intendentes que pedían suspender la ley que impide la re-re: “Van a permitir que los tipos vayan por la sexta o quinta reelección. ¿Vamos a aceptar que la política se convierta en esto, que no haya palabra para nada?”, dijo Juez hace un par de semanas.
Pese a estos puntos de vista opuestos, Decara y Juez avanzaron en un acuerdo que le permitió al ex intendente de Córdoba sentarse en Villa Giardino con una docena de intendentes de Punilla y Cruz del Eje, quienes en general no podrán competir el año próximo en sus municipios. Aunque no apareció en la foto, fue Decara quien movilizó esa tropa.
“Parece que el peronismo eligió a Juez como candidato”, dicen, en clave de chicana, en el campamento de De Loredo, apelando a la histórica rosca de Decara con el peronismo. Cerca del defensor del Pueblo el análisis es opuesto: “De Loredo se ha vuelto funcional a Macri, y Macri va a ser funcional a Schiaretti”.
No hay que perder de vista que Mario Decara se reunió semanas atrás con Horacio Rodriguez Larreta en Uspallata. Aunque firmaron acuerdos institucionales, el trasfondo fue la política cordobesa. Luego de ese encuentro, Decara invitó a almorzar a Juez y sellaron el pacto. En la oficina de la Defensoría del Pueblo entienden que con este pacto, Juez consolida una pata radical y equilibra el poder que hacia dentro del radicalismo tienen Mario Negri y Ramón Mestre, ambos cercanos a Juez.
“Para Juez es mucho más confiable un veterano probado que jóvenes imprevisibles. Juez encontró en nosotros lo que necesitaba imperiosamente: un aliado estratégico en el radicalismo”, dijo uno de los dirigentes que participó de la reunión con Juez.
Ante la flaqueza de estructura de Juez, en la Defensoría del Pueblo aseguran que la apuesta de máxima de Decara es quedarse con la candidatura a vicegobernador, mientras siembra a los dirigentes propios en Punilla y Cruz del Eje, ese largo territorio entre Carlos Paz y el límite con La Rioja. Decara guarda silencio: sabe que está jugando al límite de su función constitucional.