En el encantador entorno de Patio Norte, un espacio que invita a disfrutar de cosas ricas, Anabella Corti —vecina, arquitecta de formación y pastelera por vocación y profesión— fue reconocida a nivel nacional al consagrarse ganadora del Concurso Nacional de Pastelería organizado por la firma Manfrey.
Aunque su camino profesional comenzó en el mundo de la arquitectura, Anabella decidió dejar los planos para dedicarse de lleno a su verdadera pasión: la pastelería. “Ser arquitecta me ayudó mucho en lo detallista, sobre todo en la decoración de tortas. Pero lo que me mueve es esto”, comentó emocionada a Mi Valle.

La oportunidad de participar surgió casi por casualidad: una amiga la etiquetó en la publicación del concurso y, pocas horas antes del cierre de inscripciones, Anabella se animó a enviar su receta y una foto. Así comenzó una competencia en redes sociales donde pasó por varias etapas —octavos, cuartos, semifinales— hasta llegar a la gran final, apoyada por vecinos y seguidores que hicieron viral su creación.
La torta ganadora es una exquisita reversión con raíz francesa y corazón argentino. Inspirada en su experiencia en un hotel con estrella Michelin en el sur de Francia, Anabella adaptó el postre al paladar local: base de chocolate intenso, crema de queso con Oreos, ganache, dulce de leche y crema chantilly. “Allá usan sabores más suaves, pero sabía que acá había que jugar con algo más dulce. El dulce de leche tenía que estar”, explicó.
El premio no solo trajo reconocimiento, sino también herramientas fundamentales para su emprendimiento familiar, fundado en 2012 junto a su hermana y su mamá. “Se nos había roto la batidora y eso también me motivó a participar. Ganarla fue un alivio, porque es esencial para nuestro trabajo”.
Patio Norte, ubicado en Brasil 125, es la casa donde crece su proyecto. Una casa que también guarda historia familiar: fue la vivienda de su bisabuela. Allí, en un ambiente cálido y lleno de sabor, Anabella recibe a quienes se acercan a probar sus delicias. “Esta torta ya está en carta fija”, dijo entre risas. Aunque aclara: “Hoy no quedó nada… tendrán que volver”.
Más allá del premio material, Anabella se queda con lo humano. “Lo más lindo fue que muchos me dijeron que se notaba que era auténtica, buena persona. Creo que ese es el verdadero premio”.
¿Y habrá más concursos? “Ahora que superé este primer miedo, creo que sí”, dijo. Y todos en Alta Gracia y más allá la estaremos alentando.
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