Con graves problemas para comunicar, Torres abrió el período legislativo en Alta Gracia

Con más de una hora de discurso, el intendente de Alta Gracia, Marcos Torres dio inicio al período legislativo este martes por la tarde en el Cine Teatro Monumental Sierras. Sin mayores anuncios, y repitiendo varios de los proyectos de años anteriores, como por ejemplo, la inversión en la subestación de Epec o la remodelación de la avenida del Libertador, llevó adelante su alocución con bastantes errores en su dicción que hacían complicada la idea general del escrito que leyó velozmente y sin demasiados espacios entre frase y frase.

Más allá de las complicaciones manifiestas en su manera de comunicar, Torres hizo algunos anuncios:

  • Carné de conducir exclusivamente para vecinos de la ciudad
  • Inversión en barrio Sabattini
  • Entubado de calle Rossi, con 60 millones aportados por el gobierno provincial y el resto a cargo del municipio
  • Remodelación del dispensario Ramón Carrillo y nuevo centro de Salud en Villa Oviedo
  • Ampliación de la planta de líquidos cloacales que se inauguraría en los próximos días junto al gobernador «otorgando 100% de cobertura en los barrios con un ramal para La Perla y Villa eneral Bustos«
  • Proyector para el Monumental Sierras, lo que la convertirá en sala de cine gratuita
  • Más luminarias y más cámaras de seguridad
  • «El Parque Pyme dejó de ser un anuncio para convertirse en una realidad», dijo con respecto a un proyecto que se viene anunciando hace años.
  • Nueva escuela provincial en el Anacleta Oviedo
  • Contrucción de CPV (Centro de Participación Vecinal)

«Tenemos un municipio sólido porque gobernamos con transparencia y seriedad», dijo el intendente sin recordar quizás que hay dos balances de Colectividades sin aprobar con números en rojo y muy dudosos en relación a la transparencia, sin contar también los casi 30 millones que esperan ser aprobados y que habrían sido utilizados para la remodelación de una pileta (la del García Lorca), tema en que otros municipios gastaron unos 2 o 3 millones haciendo casi el mismo trabajo, o los 15 millones de la plaza Mitre, o los cientos de programas pagados por el municipio que les permite tener grupos de gente cautiva en relación a lo político/electoral y que demanda mucho diner mensual.

En cuanto al problema del agua potable, que tuvo casi dos semanas a más de 18 mil personas sin el suministro básico, el intendente no hizo mea cupla alguna y responsabilizó por todo lo sucedido a la ola de calor y el incremento del consumo, pero se hizo un momento para prometer obras
«La culpa de la falta de agua fue por la ola de calor que elevó el consumo. Estamos trabajando en un plan integral de agua potable. Nuestro objetivo es llegar al 100% de agua en toda la ciudad», reiteró el titular del Ejecutivo, del mismo modo que lo anunció en 2019, y agregó: «se construirán dos cisternas de 400 mil litros en Villa Oviedo y Tiro Federal».

Mencionó, por otra parte, la disposición libre del internet y entrega de cuadernillos como la «apuesta a la Eduación», pero no dio precisiones en cuanto al nuevo edificio del ProA, tema que está complicando el año lectivo de esa institución que tiene que seguir con la mitad de la escolaridad de manera online por la falta de su edificio propio. Solo se limitó a decir «que seguirá la construcción».

A pesar de los grises casi negros en la organización y poca claridad en la distribución de las pérdidas y las ganancias con el empresario que la organiza, Torres anunció que vuelve Peperina en Semana Santa. Claramente es un festival que debe realizarse por la excelencia de su propuesta, pero con mayor transparencia en los números, hecho que pareciera que no va a cambiar y los vecinos deberán soportar las péridas, pero no verán ganancias en caso de que existan.

El discurso dejó gusto a poco. Grandes anuncios (parecidos a los exagerados números de Mionca) y descripción de una realidad que parece alejada de la realidad se han convertido en un clásico de esta gestión que se autodefine como «popular» pero que dista mucho de ese concepto, que es justamente la columna vertebral del peronismo.