Por: Juan Manuel Saieg, empresario, exviceintendente, Lic. Ciencia Política.
Entre los cientos de anécdotas viralizadas del Diego (Maradona), recuerdo la del jeque árabe que le regaló una mansión con zoológico y en el que tenía un león. Cuando Diego se enteró del felino, sin titubear agradeció la generosidad del Jeque, pero le advirtió que él “no le iba a dar de comer al león…”.
El fenómeno Milei, autodenominando el “León”, tiene alguna relación con esa vivencia del astro argentino. Milei, al igual que el león del Jeque, fue criado en los más selectos ambientes del círculo rojo argentino, elogiado por muchos empresarios, ensalzado por la mayoría de las corporaciones mediáticas. Así es como tomó musculatura política, llegando a estar a dos rugidos de convertirse en el “Rey de la Selva” de la política argentina.
Claro, al León le habían preparado el terreno propios y extraños. Por un lado, la clase política de todos los colores que, en cuarenta años de democracia, no respondió a las demandas básicas de la sociedad: empleo, seguridad, educación, estabilidad económica, por enunciar algunas. Por otro lado, contribuyeron los siempre detractores del Estado y “endiosadores” del libre mercado.
En ese ecosistema propicio, el León, salió a comerse la cancha con su discurso “Anti políticos”, rotulándolos a todos como “LA CASTA” y contra todo lo que pudiera estar en contra de su idea “libertaria”: Estado, Subsidios, Banco Central, Papa, etc…
Pero un día el León embravecido y sintiéndose todo poderoso fue contra sus amos, metiendo en la misma bolsa de “LA CASTA a “empresarios” y “periodistas ensobrados”, como le gusta llamarlos ahora. El “sincericidio” del León fue tan categórico, que quienes lo criaron quieren volverlo a meter en la jaula. Es así que los principales empresarios argentinos afirman ahora que la dolarización es impracticable, los más conspicuos banqueros y economistas del establishment aseveran que todos los países en el mundo tienen Banco Central y los periodistas de los más influyentes medios nacionales lo descalifican diciendo que va a ser imposible un gobierno que se pelea con todos.
¿No será un poco tarde…? Quizás debieron tener presente en esta ocasión al Diego, que por intuición o vaya saber qué, percibía que no se podía alimentar a quien por su naturaleza podría volverse en su contra. Y ahora… ¿quién se hace cargo del León?.