La interna en el corazón del oficialismo estalló tras el revés parlamentario sufrido en el Senado. Con un tono desafiante y sin evitar el conflicto, la vicepresidenta Victoria Villarruel respondió públicamente al presidente Javier Milei, quien la había calificado de “traidora” por avalar iniciativas legislativas que el Ejecutivo buscaba bloquear. “Si quiere recortar gastos, que ahorre en viajes y en la SIDE”, disparó Villarruel, en una frase que sintetiza el creciente distanciamiento con el mandatario.
Durante una sesión clave, la Cámara Alta rechazó por unanimidad el veto presidencial al fondo de emergencia para Bahía Blanca y aprobó la continuidad de la moratoria previsional, con el voto definitorio de Villarruel. “Un jubilado no puede esperar, y una discapacitada menos”, argumentó desde su rol como presidenta del Senado, dejando en claro que su compromiso está con los sectores más vulnerables, más allá de las tensiones políticas.
La reacción de Milei no se hizo esperar. En un discurso cargado de reproches, señaló directamente a su vice como responsable del tropiezo legislativo. Sin embargo, lejos de replegarse, Villarruel redobló la apuesta: “Mi función es defender la Constitución, no un capricho político”, afirmó en declaraciones off the record que luego circularon en distintos medios.
Las diferencias, que comenzaron como matices dentro del espacio libertario, ya se transformaron en una fractura evidente. Villarruel denunció la falta de diálogo interno y recordó, como símbolo del mal vínculo personal, que el Presidente se negó a saludarla durante el tedeum del 25 de mayo. “Cuando el Presidente decida comportarse adultamente, podré saber cuáles son sus políticas”, sentenció.
En sus redes sociales, donde suele responder de forma directa a los seguidores, la vicepresidenta continuó marcando posición: “Hay mucha gente sufriendo y ustedes viniendo a patotear a un vicepresidente por cumplir su función”. Y agregó: “Soy el funcionario que más ve al pueblo. Voy al supermercado, me compro mis cosas y viajo por todo el país. Hace rato que nadie ve a los argentinos”.
También aclaró que los proyectos aprobados ya contaban con media sanción en Diputados, y dejó una crítica a quienes, según ella, direccionan mal el enojo: “No sé por qué se ponen así conmigo y no con los verdaderos responsables”.
En un oficialismo cada vez más dividido, la figura de Villarruel crece como contrapeso interno y muestra que, en medio del ajuste y las pujas de poder, no todos están dispuestos a alinearse sin cuestionamientos. Mientras Milei prepara su próximo acto en Tucumán sin la presencia de su vicepresidenta, el mapa político dentro del gobierno se sigue redibujando con cada sesión en el Congreso.