Villa Parque Santa Ana rinde homenaje a Myriam Stefford

El Municipio reconoce la figura de Myriam Stefford fallecida el 26 de agosto en un accidente aéreo. Un aniversario más de su mausoleo, que se inauguró un 30 de agosto de 1936.

En el marco del homenaje a la creación del Monumento Mausoleo de Myriam Stefford, el intendente Sergio Cerda, junto a funcionarios del gobierno, realizaron una emotiva entrega de flores en las instalaciones del emblemático monumento. Este acto refleja el compromiso de la municipalidad con la preservación del patrimonio cultural y el reconocimiento de figuras históricas que han marcado la identidad de la comunidad.

Desde el municipio se vienen impulsando varias gestiones destinadas a la conservación y al reconocimiento del monumento como patrimonio único con mirada de género.

Myriam Stefford, una de las primeras mujeres en incursionar en la aviación en Argentina, es recordada no solo por su audacia y espíritu pionero, sino también por su trágico final. En agosto de 1931, Stefford inició una travesía aérea para recorrer 14 capitales argentinas junto a su instructor Ludwig Fuchs, a bordo del avión Chingolo I. A pesar de superar varios problemas mecánicos durante el viaje, el 26 de septiembre de ese mismo año, el avión Chingolo II se estrelló en la Pampa de Marayes, San Juan, provocando la muerte de ambos tripulantes.

El monumento mausoleo a Stefford, diseñado por Fausto Newton y erigido por Raúl Barón Biza, se destaca por su imponente estructura de 82 metros de altura, superando incluso al Obelisco de Buenos Aires. Construido en hormigón armado, ladrillos y granito, el monumento simboliza el ala de un avión elevándose hacia el cielo y se ha convertido en un ícono en el Paraje Los Cerrillos, en jurisdicción de Villa Parque Santa Ana. Dicha localidad forma parte del departamento Santa María y se encuentra sobre la ruta provincial RP 5, a 11 km al noreste de la ciudad de Alta Gracia y a 25 km al suroeste de la capital provincial.

“El Ala”, como es conocido, cuenta con 444 escalones que conducen a la cima, donde cuatro ventanas ofrecen una vista panorámica del entorno. A mitad de camino, un balcón brinda un breve descanso a quienes se atreven a subir la escalinata. En su base, una lápida con el epitafio “Viajero, rinde homenaje con tu silencio a la mujer que, en su audacia, quiso llegar hasta las águilas” recuerda el legado de Myriam Stefford y su audaz aventura.