En un clima enrarecido y con versiones encontradas renunció la vacunadora en el dispensario de Villa del Prado. Los hechos habrían ocurrido este lunes al mediodía cuando, tras renunciar, Karina Massa fue al centro de salud a retirar las vacunas para entregar a la responsable de Inmunización del Hospital Illia “como marca el protocolo”, y desde el dispensario le dijeron que no podía llevarse nada.
“Llegué, saludé y la secretaria del dispensario me dijo que tenía mi liquidación para firmar. Cuando veo el monto era muy inferior al que cobraba siempre, tenía liquidado unos 165 mil pesos cuando normalmente cobro 250 aproximadamente. Ni las horas extras ni las vacaciones me dijeron que me iban a pagar porque como había renunciado, según ellos no me correspondían. Traté de explicarles que estaban equivocados, que eso no era así y me siguió discutiendo esta chica que no tiene ninguna preparación y que no entiende como son algunas cuestiones o como se maneja el sistema del personal de Salud. Le dije que me de el recibo, no firmé nada y me lo guardé. Ahí le dije que eran unas malas personas, que eran estafadores. La verdad que no se puede soportar tanto atropello”, comenzó explicando la profesional a Mi Valle.
Luego dijo que tras lo ocurrido fue al vacunatorio y siguió buscando las vacunas para llevárselas. “La secretaria me dijo que no podía tocar las vacunas. Le dije que si puedo, que soy autoridad en Inmunización, las vacunas están a mi cargo, yo soy responsable de cuidarlas y las voy a llevar. Me dijo que no, y le dije que sería muy bueno que si está a cargo de la institución se informe, se capacite porque hay cosas que debe saber y claramente no las sabe. Le dije que ya hablé con el director y que le dije que iba a ir a buscar las vacunas, le di el teléfono de mi referente departamental de Inmunización que es la que tiene que recibir las vacunas, etc. Me dijo que no pero seguí cargando las vacunas, no le hice caso, llamó al jefe comunal y llegó muy enojado junto con la tesorera que es la mamá de esta chica”, siguió contando.
“Ni me saludaron, el jefe comunal solo me dijo ¿que estás haciendo? ¿donde vas a llevar las vacunas?, vos no podés tocarlas y le expliqué todo de nuevo. Les dije que deben estar en el área de Inmunización. Yo trabajo para un área y también para ustedes. A ustedes les proporciono el servicio de Enfermería y Vacunación y yo tengo que rendir al otra área todo. Siguió con todo el tema de que las vacunas son del dispensario, etc, etc. Hizo una llamada por teléfono a la Policía, lamentablemente vinieron dos oficiales muy enojadas, agresivas, tratándome mal. Pidieron datos y me dijeron que no podían tocar nada, les expliqué sobre el protocolo, y no…no había forma. Les pasé el teléfono de mi referente departamental, la llamaron le pidieron todos los datos y mi referente les explicó todo. Aún así seguían con la misma. Entonces…me dijeron que tenía que contar las vacunas y decirles cuántas me llevaba. Yo no iba a hacer eso porque las tenía que sacar al calor y perdían la cadena de frío solo para que ellos se queden contentos. La verdad que a ellos jamás les importó cuántas vacunas hay en el dispensario, cuántas personas yo vacuno, que necesidades tengo…sabían que tengo la necesidad de una notebook que jamás me proporcionaron pero…nunca se sentaron y consultaron cómo trabajamos en el centro de salud, no solo yo sino todos. Le dije que si quiere saber cuántas vacunas me llevo que se comunique después con mi referente departamental de Inmunización y ella les dice. Entre todos me exigían que contara las vacunas, y les dije que si yo lo hacía y perdían la cadena de frío los denunciaba y ellos se iban a hacer responsables de eso. Ahí fue cuando aflojaron un poco y me dijeron que le iban a sacar fotos a todo lo que llevaba. Le sacaron fotos como si yo fuera una delincuente con todos los pacientes mirando. Me había llevado mi mamá y se metían al auto y le sacaban foto a todo. Un momento incómodo y denigrante. Cuando terminé de guardar todo, antes de salir la tesorera me dijo que tenía que firmar la renuncia. Ahí le consulté ¿qué renuncia? si yo estoy en negro hace un año y medio. Nunca se dignaron a hacerme un contrato. Me dijo que me retirara del dispensario y le dije que era una institución pública y todos los ciudadanos tenemos derecho y acceso a la institución. Es muy lamentable. El jefe comunal le dijo a las policías que me sigan en la camioneta, me custodiaran y vieran donde dejaba las vacunas. Así que así me vine. Cuando llegamos la Policía le sacó fotos a todo, me hizo firmar, puse mi firma y matrícula y luego la policía me pidió disculpas porque me trató muy mal al principio. Todo en privado, claro…pero al menos pidió disculpas”, cerró.
Lo cierto es que la profesional de la Salud explicó que la decisión de renunciar no se reducía a “un cable” sino más bien a que necesitaba ese cable para terminar un trabajo final que era muy importante para ella pero también para el dispensario “porque una vez presentado iba a capacitar ahí mismo en el centro de salud al personal. El maltrato, el ninguneo, el destrato….es lo que indigna, no el cable, sino la falta de empatía porque el cable había quedado ahí porque usaba mi computadora personal para trabajar”, finalizó y explicó que decidió contarlo porque “no es el único lugar donde pasan estas cosas. Es hora de que comiencen a respetar”, dijo.
La situación vivida corrió como reguero de pólvora en el ámbito de la Salud y generó preocupación. Sobre el tema, Mi Valle dialogó también con José Ludueña, presidente comunal de Villa del Prado, quien contó de qué manera se enteró lo que estaba sucediendo y porqué tomó la decisión que tomó.
“El sábado a la tarde, en plena tormenta me dijo Isabel (secretaria) que Karina (vacunadora) quería retirar un cable del dispensario y dije que no, porque con la tormenta que había no era lógico que fueran a abrir el dispensario. Le pedí que le dijeran que esperara hasta el lunes porque era un cable…nada más. Recibí dos llamadas de ella que no atendí porque supuse que era por lo mismo y no era lógico que fuéramos en plena tormenta por eso. Yo estaba de viaje, pasaron los días y la verdad que no pregunté nada más. El lunes me llama Isabel, me dice que está la vacunadora, que había renunciado y que se estaba llevando las cosas del consultorio. Me voy para allá y cuando llego ella va saliendo con una caja blanca de medicamentos y lo carga en un auto rojo que es de la madre”, comenzó contando Ludueña.
Y continuó: “Pregunté qué paso y me dijo que se está llevando sus cosas porque había renunciado. Le dije que está bien que se lleve lo de ella pero no medicamentos que son del dispensario. Ahí me dice que no, que los medicamentos son de ella y que tiene que llevarlos. Le dije que dejara asentado todo lo que se llevaba y me dijo que no. Por eso llamé a la Policía, para que constaten lo que se están llevando del dispensario. La Policía consultó que pasaba y ella le contestó lo mismo. Ahí consulté y me dijeron que estaba enojada por el cable que no le dimos y por eso renunció. Lo cierto es que ya veníamos con algunos problemas con ella porque según me explicó Isabel cargaba una hora de más todos los días, agarré las planillas y me puse a ver…y si, el dispensario cierra a las 18 y ella carga que trabaja hasta las 19”
Sus afirmaciones sobre lo ocurrido:
- No tengo conocimiento de que usara su computadora para trabajar
- No se maltrató a nadie
- Ella si maltrató al personal verbalmente
- Renunció verbalmente, no hay nada por escrito
- Nunca tuve ningún cruce de palabras con ella, siempre hubo buen trato y está todo en las imágenes de las cámaras
- Es una decisión personal haber renunciado por un cable…no se que tan importante habrá sido parae ella ese cable
- Había vecinos y gente del dispensario presente cuando sucedió todo esto
- Ya tenemos vacunadora, va a estar todos los días. De lunes a viernes. Antes había dos días y ahora toda la semana.