El centro de la ciudad de Córdoba fue testigo de una gran movilización que encontró a dirigentes, organizaciones sociales y agrupaciones políticas.
El país vivió en las últimas horas una convulsión desatada por el hecho que se vivió en las puertas de un edificio de departamentos del porteño barrio de Palermo.
El jueves, cerca de las 21 hs. cuando buscaba ingresar a su departamento saludando a quienes estaban apostados sobre la esquina de Juncal y Uruguay. Fernando André Sabag Montiel, de ciudadanía brasilera, apuntó con una pistola a la cabeza de la Vice Presidenta Cristina Fernandez.
Ese hecho fue quizás, la demostración de una violencia creciente en los últimos años de la vida institucional de nuestro país. Nadie puede arrojar la primera piedra, sobran los ejemplos de todos los costados, para entender que hasta este momento nadie tuvo la grandeza de poner un freno.
La violenta imagen devino en un repudio generalizado y la declaración de feriado nacional por parte del Presidente Alberto Fernandez, abriendo la válvula de escape para una manifestación pacífica y liberar presión.
En diferentes puntos del país, se organizaron marchas que buscaban unificar un respaldo a la funcionaria amenazada y un pedido a toda la clase política principalmente, pero extensivo a todos los actores públicos que favorecen ese enfrentamiento, a dejar de lado las agresiones y poner nuevamente en el centro de la escena el debate político, de ideas y proyectos.
La ciudad de Córdoba se vio colmada, con una estimación de 40000 personas, agrupadas en organizaciones sociales, agrupaciones políticas y autoconvocados, que buscaron alzar el pedido para no recuperar la memoria de enfrentamientos sociales que llevaron a nuestra sociedad a los años más oscuros de la historia reciente.