Una escultura del Cura Brochero, hecha en Alta Gracia por Julio Incardona, lleva fe y esperanza a pueblos de África

En el corazón de Tanzania, una escultura del santo cordobés José Gabriel del Rosario Brochero inspira hoy a comunidades enteras. La obra, modelada en arcilla por el reconocido artista Julio Incardona, encontró su destino a más de 10 mil kilómetros gracias a una iniciativa nacida en plena pandemia: el proyecto Bienvenidos a la Tierra.

Julio Incardona, escultor y fundador del parque temático Héroes, comenzó a impartir talleres virtuales sobre el trabajo con barro durante el aislamiento. Lo que comenzó como una propuesta para enseñar a niños y adolescentes a moldear arcilla se transformó en un puente cultural y espiritual entre Argentina y África.

“Enseñar a un niño a modelar la arcilla es abrirle la puerta al misterio del mundo creador”, cuenta Incardona. Desde la tierra hasta la matriz, los talleres enseñan cómo el barro puede transformarse en una herramienta de trabajo, una vía de expresión y una esperanza de futuro. Pero nadie imaginaba que entre moldes y figuras también se moldearía una historia que trascendería continentes.

La conexión con África surgió a través del sacerdote misionero Diego Cano, quien desde Tanzania descubrió el curso y comenzó a replicarlo con jóvenes del lugar. Así fue como una escultura del Cura Brochero viajó en 2006 hasta ese país, llevando consigo algo más que yeso: una presencia, una inspiración, un mensaje de entrega y fe.

“Brochero fue un misionero que anduvo a lomo de mula llevando ayuda y esperanza cuando Traslasierra era una región olvidada. Hoy, su historia y su imagen llegan a otra tierra también postergada, y genera cosas concretas: un pozo de agua, un tractor, nuevas oportunidades”, explica Incardona para Mi Valle.

Pero no es solo la escultura lo que conmueve. Es la figura de Brochero como símbolo de entrega, como ejemplo de un hombre que trabajó desinteresadamente por el bien común. “Misioneros actuales encuentran en él una fuente de inspiración. La sotana polvorienta del Cura Gaucho sigue marcando caminos”, reflexiona el artista.

El proceso creativo que Incardona comparte no se limita al arte. Desde una idea dibujada hasta un molde industrial, el trabajo con arcilla enseña no solo a crear, sino también a producir, a sostenerse y a proyectar. En palabras del escultor: “Donde hay molde, hay posibilidad de producción, de trabajo, de sustento”.

Hoy, desde Alta Gracia hasta Tanzania, Bienvenidos a la Tierra sigue sembrando futuro con barro, fe y creatividad. Porque modelar la arcilla, dice Incardona, “es modelar el futuro”.

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