Se aprobó la ley de alcoholemia cero al volante, tras más de 10 años de debate

Alcanza a las rutas nacionales pero los diputados confían en que podría ser una pauta cultural. Se opusieron los mendocinos y los liberales. Apuran al Senado para su sanción.

La Cámara de Diputados aprobó la ley que prohíbe conducir habiendo bebido una gota de alcohol, conocida como “alcoholemia cero”, una iniciativa que tuvo más de una década frezada por la presión de la industria y que esta vez logró ser enviada al Senado con respaldo de los principales bloques. 

Se aprobó con 193 votos positivos, 19 rechazos y 4 abstenciones, tras un debate de tres horas presenciado por las asociaciones de familiares de víctimas de accidentes de tránsito. 

Fue clave el acuerdo entre los jefes de boque para torcer a los lobbies que se habían impuesto cada año convirtiendo el proyecto en uno de los imposibles del Congreso. Cristian Ritondo, del PRO, se involucró personalmente por su relación con los familiares por su paso como ministro de Seguridad de la provincia.

“En países como Uruguay y en las provincias que se aplica no sólo que bajó la siniestralidad vial, sino que no perdió la industria. Pero si afectara, tendríamos que defender la vida. Hay que entender que volante más alcohol, es muerte”, dijo al cierre del debate, que compartió con el oficialista Ramiro Gutiérrez, otro de los promotores de la ley.  

El proyecto modifica la ley de tránsito (24.449) y baja de 500 miligramos por litro de sangre a 0 el límite para tomar alcohol antes de manejar.

Desde hace 25 años, el tope se había reducido a 200 miligramos para las motocicletas y a 0 para vehículos destinados al transporte de pasajeros, de menores y de carga. Pero el indicador no representa un consumo uniforme en todas las personas, por lo que es imposible de calcular por los conductores e invita a la especulación.

Es por eso que durante el debate en comisión Pablo Martínez Carignano, director ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, citó informes de la Organización Panamericana de la Salud sobre la necesidad de alcoholemia cero para los conductores, sin atenuantes. 

Remarcó además que el alcohol está presente en 1 de cada 4 accidentes viales, que son a su vez la principal causa de muerte entre los jóvenes de entre 15 y 35 años. Si esta ley es sancionada en el Senado (donde se prevé una sesión de cierre antes de navidad), cualquier registro de haber ingerido alcohol será considerado una infracción. 

Los diputados mendocinos, liderados por la radical Jimena Latorre y apoyados por algunos sectores de JxC, propusieron mantener el 500 miligramos pero duplicar las sanciones por infracciones y por agravantes. “Es demagogia cambiar tolerancia y dejar igual las sanciones. Es prohibir sin posibilidad de castigar”, sostuvo la diputada en la sesión.  

Sí votó a favor su coterráneo Adolfo Bermejo, del Frente de Todos. “No es una ley de vino cero: es una ley de tolerancia cero de alcohol al manejar. Se trata de no tomar alcohol si manejas para reducir accidentes y riesgos”, se defendió. Los otros dos mendocinos oficialistas se dividieron: Marisa Uceda votó a favor y Eber Pérez Plaza en contra. Tampoco acompañó el sanjuanino José Luis Gioja. 

Otros rechazos fueron de los liberales José Luis Espert, Javier Milei, Victoria Villarruel, Carolina Píparo y Ricardo López Murphy.  “No fuimos donde están las penalidades y la clave está ahí, en la gestión y en la educación vial”, se quejó el ex ministro. 

Hubo abstenciones de la coalición cívica, por la falta de alcoholímetros para controlar, un planteo que hizo en comisión Mónica Frade. Fue compartido por diputados que la respaldaron como el rionegrino Luis Di Giácomo, quien reclamó tecnología para medir el consumo de estupefacientes, que tampoco está permitido pero rara vez se supervisa. “La marihuana mata”, remarcó.  

La ley fue empujada en comisiones por Jorge Rizzotti, de la UCR, quien aclaró que “no tiene que ver con la prohibición de no de beber, sino de no conducir cuando se ha consumido alcohol”. 

Su provincia, Jujuy, es una de las 7 con alcoholemia cero y aseguró que no hubo consecuencias en la industria de las bebidas. El resto de los gobernadores podrá adherir a la norma nacional o mantener sus parámetros. 

Hubo coincidencia sobre la posibilidad de un cambio cultural que elimine para siempre la alternativa de conducir después de tomar alcohol. 

“Tenemos que terminar con la especulación del consumo, de si una copa, media copa. Y tener una tolerancia cero al consumo de alcohol para quien vaya a subirse al vehículo por la responsabilidad que tiene que tener por las personas que traslada y a los terceros”, sostuvo Jimena López, del Frente de Todos y vice de la comisión de Transporte. 

Florencio Randazzo, diputado del interbloque federal e impulsor de esta regulación cuando era ministro del Interior, llamó la atención por la demora en llevarla el tema al recinto. 

“Es una ley muy sencilla. Hace 10 años que la presentamos y pudieron más los lobbies que este parlamento. Hay un sólo interés a defender ante toda duda: el de la vida”, señaló. 

Gutiérrez cerró el debate. “Esta ley es como un círculo, una rueda, trazada por cientos de miles de rayos que ya no están, que perdieron su vida. Y los que están, la sufren y piden memoria. Pero hay más rayos en la rueda: que son los derechos de quienes quieren protegerlos. Esta ley construye derechos para las víctimas. Por eso retiremos el alcohol del volante de los argentinos”. 

Fuente: La Politica Online

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