Es la oración que terminó rezando la cofradía Torrista a su salvadora en las dramáticas elecciones que tuvieron el pasado domingo.
Es que el único triunfo rutilante del nuevo “justicialismo sub cincuenta”, vino de la mano de la Intendente de Despeñaderos y recientemente reelecta, Carolina Basualdo.
En esa localidad, en el tramo de legislador departamental, Hacemos Unidos por Córdoba le sacó la mayor ventaja al candidato de Juntos por el Cambio, Leandro Morer. La diferencia entre ambos fue de 1.160 votos, brecha en sufragios que no se obtuvo casi en ningún otro lugar.
Esta cantidad de votos de Basualdo hacia Facundo, representa el 37.5 % de los sufragios con que éste ganó el Departamento, en tanto Alta Gracia sólo le aportó el 24.61%.
Cabe señalar también que Santa Ana fue la otra localidad que le arrimó a Torres un número de votos que lo ayudó a ganar por el 4% a su adversario cambista en Santa María. Las velas de la “generación iluminada” son hoy todas para su nueva patrona Carolina, en un Departamento que dejó a más de uno en la puerta del infierno.