Por qué rompemos tanto la política en Alta Gracia

EDITORIAL // Por Juan Manuel Saieg. Empresario. Ex Viceintedente. Lic. Ciencia Política.

La elección municipal del 2019 dio una conformación del Concejo Deliberante de dos bloques, el del oficialismo, denominado Hacemos Unidos Por Córdoba, integrado por cinco Concejales y el de la minoría con cuatro miembros, de Alta Gracia Crece, versión local de la alianza de Juntos por el Cambio (UCR y PRO).

Faltando pocos meses para que se cumpla el término legal de conclusión de esos mandatos, el número de bloques del Cuerpo se duplicó. De dos expresiones políticas iniciales, hoy pasamos a tener cuatro, es decir un promedio de algo más de dos ediles por bloque.

Los bloques

El mayoritario de Hacemos Unidos por Córdoba, que responde al Ejecutivo Municipal y del cual se escindió hace un tiempo Pablo Ortiz, creando su bloque unipersonal: Progreso.

Similar suerte tuvo el bloque de Alta Gracia Crece. Durante la semana, el radical Marcelo Jean difundió la decisión de abrirse y formar otro bloque con su par del PRO, Ricardo González, llamado Juntos por Alta Gracia.
De este modo las Concejales Amalia Vagni y Lucía Allende quedaron como únicas continuadoras del bloque.

Cabe señalar que estas desavenencias no son nuevas en la política de Alta Gracia, las hemos vivido en mayor o menor medida y exposición en otros momentos de nuestra vida política institucional.

El hecho de que se hayan producido en otros momentos, no significa que debamos naturalizarlas y mucho menos el no permitirnos reflexionar sobre la conveniencia o no de estos desencuentros entre “dirigentes”.

La política es crisis y orden, conflicto y consenso. El saber equilibrar la tensión entre ambas tendencias es parte de la gestión de la política.

A 40 años de democracia y dada la realidad acuciante que vivimos, me atrevo a afirmar que la sociedad necesita más resultados positivos de sus políticos, que este tipo de conflictos.

Duplicar la cantidad de facciones en un cuerpo de nueve miembros es dilapidar tiempo y esfuerzo, que se traducen en mayores recursos para su funcionamiento y multiplicación de gastos, lejos está de un Estado eficiente.

Tener y plantear opiniones diferentes, es parte de la vida democrática, pero estoy convencido también que la esencia de la política está en la búsqueda de aquellos puntos que nos unen para la resolución de los problemas que tenemos.

Una clase política que se muestra rota en su seno legislativo y atomizada en ocho listas para la próxima elección a Intendente en Alta Gracia, no hace más que favorecer a las actuales estructuras de poder, en lugar de ser factores del cambio de la realidad política y social que muchas veces se pregona.