Mujeres gauchas: historias de identidad, tradición y protagonismo en la previa del Día del Gaucho

En la antesala del Día del Gaucho, la Casa de la Cultura de Alta Gracia se convirtió en escenario de un emotivo encuentro donde la tradición y la identidad estuvieron más vivas que nunca. Con sus trajes típicos y una presencia que honra la argentinidad, referentes del movimiento gaucho compartieron con Mi Valle Medios sus historias, luchas y la transformación del rol femenino dentro de este histórico ámbito.

Cristina Bizzochi, socia fundadora de la Agrupación Gaucha Capilla Vieja y ex integrante de la Federación Gaucha de Córdoba, recordó más de cuatro décadas dedicadas a la tradición. “La mujer siempre estuvo presente, pero muchas veces invisibilizada”, señaló. Afirmó que hoy las niñas y jóvenes participan con orgullo, luciendo prendas típicas y ocupando lugares que antes eran exclusivamente masculinos. Su objetivo —junto al de su agrupación— siempre fue revalorizar la figura del gaucho y fortalecer la unión familiar dentro del movimiento.

Bizzochi destacó que el movimiento gaucho se transforma, crece y se diversifica. Niñas de apenas 3 o 4 años ya se abren camino en la danza, en los desfiles y en la representación cultural, manteniendo viva una tradición que —asegura— “no va a morir”. También cuestionó el uso de la palabra “disfraz”, recordando que las prendas típicas representan historia, sentimiento y pertenencia.

En el diálogo también participaron Adriana y Florencia Zárate Molina, referentes de la Agrupación Gaucha Padre Buteler de Alta Gracia, quienes coincidieron en que vestir un traje gaucho genera admiración y curiosidad, especialmente entre quienes no conocen este mundo. “Es un traje típico, no un disfraz”, remarcó Florencia, quien hoy hace historia como presidenta de su agrupación, heredera de una tradición familiar de más de 45 años.

Adriana explicó que la vestimenta gaucha varía según la ocasión y la región: desde trajes de gala hasta opciones más cotidianas, con influencias del clima y la geografía. Su experiencia en distintos puntos del país, especialmente en el norte, revela que aún hay zonas donde el rol femenino está menos visibilizado y la independencia de la mujer gaucha todavía enfrenta barreras culturales.

Florencia, en tanto, destacó el orgullo de liderar una agrupación tan emblemática, un espacio donde antes las mujeres estaban relegadas principalmente a tareas de cocina. “Hoy estar en la presidencia es un orgullo para mí y para mi familia”, expresó, reconociendo que el trabajo silencioso de las mujeres fue fundamental para sostener estas instituciones.

Para las entrevistadas, el Día del Gaucho es una fecha que honra raíces profundas y reconoce la participación histórica de la mujer. “El gaucho no vivió solo —recordaron—. Siempre hubo una madre, una hermana, una compañera”. Por eso, afirman, el movimiento seguirá vivo mientras existan quienes defiendan y transmitan esta identidad.

Con emoción, orgullo y convicción, las protagonistas coinciden en un mensaje común: la tradición no se abandona ni se pierde. Se vive, se defiende y se transmite, y gracias al empuje de las mujeres, el gauchaje seguirá creciendo y proyectándose hacia el futuro.