A sus 26 años, Micaela Colucci se convirtió en una de las nuevas conductoras de camiones mixer de Holcim, un logro que hasta hace poco parecía impensado para ella. Vecina de Estancia Vieja y mamá de dos hijos, decidió animarse a un cambio profundo al inscribirse —casi sobre la hora— en ConduACTORAS, el programa que capacitó a 100 mujeres para manejar transporte de carga. Hoy, desde la cabina del camión, transmite una certeza que la guía: salir de la zona de confort “abre caminos y también la cabeza de los demás”.
Seleccionada entre casi 1.500 postulantes de todo el país, Micaela formó parte de las 100 mujeres elegidas para cursar ConduACTORAS, Al Volante del Cambio, una iniciativa impulsada por Holcim Argentina y la Universidad Nacional de Villa María para formar conductoras profesionales, con foco en camiones hormigoneros. Tras obtener un 9 en su evaluación final, consiguió trabajo en la planta de Holcim en Córdoba apenas dos semanas después de recibir su certificado.
“Este programa fue un cambio total, me impulsó a querer cambiar mi mundo y mi futuro”, afirma, aún con la emoción de cada vez que se sube al vehículo que hoy conduce.
Una decisión en medio del duelo
La vida de Micaela dio un giro tras dos pérdidas que la marcaron profundamente: la muerte de su padre en 2018 y la de su madre en 2024. Hasta entonces, había trabajado en comercios y en un dispensario de salud, lejos del universo de los camiones. “Fue durísimo seguir. En un momento me pregunté cómo podía buscar algo nuevo para demostrarles a mis hijos que sí se puede”, cuenta.
En uno de esos días difíciles, vio en redes la convocatoria de ConduACTORAS. Tenía solo un día para inscribirse. “Me dije: ‘¿Por qué no probar?’”. Más allá de la posibilidad laboral, quería transmitirles a sus hijos un mensaje de esfuerzo, resiliencia y superación.
Del aula virtual a la cabina del mixer
La formación atravesó diversas etapas: clases virtuales de teoría —normas de tránsito, seguridad, características del hormigón—, un examen presencial, el simulador de conducción y finalmente una semana intensiva al mando de camiones automáticos y manuales.
“El curso te abre la cabeza. No es solo manejar, es entender lo que llevás, cómo se trabaja con el hormigón y qué responsabilidades implica”, explica.
Recuerda con especial emoción el momento en que recibió su certificado y se enteró de su nota: “Fue superemocionante. Ese momento es una sola vez, no se repite”.
Primeros pasos en planta
Hoy Micaela tiene asignado el camión 215 en la planta de Holcim. Su rutina comienza con un control técnico completo: agua, aceite, refrigerante y condiciones generales del vehículo. Aprendió tanto procedimientos formales como pequeños trucos que le enseñan los choferes más experimentados.
El mixer, de cuatro metros de altura y centro de gravedad elevado, exige precauciones especiales. “En el curso nos explicaron bien las fuerzas, los riesgos de vuelco. Ahora ya sé qué precauciones tomar”, afirma.
La parte más desafiante fue compatibilizar el estudio con la crianza. “A veces tenía que apagar la cámara porque estaba con los chicos. Después de eso, todo se disfruta”.
Rompiendo prejuicios y abriendo caminos
Antes de empezar este proceso, relata, casi nunca tomaba el volante cuando viajaba con su pareja o su familia. Eso cambió por completo. Hoy, no solo conduce su vehículo, sino también un camión mixer de gran porte. “Todavía no puedo creer que esté ahí arriba”, dice entre risas.
En las obras, su presencia genera sorpresa y admiración. La felicitan, le preguntan por el curso, le piden información y hasta su número de teléfono para estar al tanto de nuevas convocatorias. Las mujeres mayores son quienes más la interpelan: “Les digo que no importa la edad, que se animen. Todo se aprende”.
Dentro de la empresa también se siente acompañada y respetada. “En las obras nos dan una mano, nos tratan superbien. Te respetan como persona, no por el género”.
Una puerta abierta al futuro
Aunque por ahora quiere seguir consolidándose en el mixer, no descarta manejar otros tipos de camiones a futuro. Su mensaje para quienes están dudando es directo y potente: “Que se animen. No hace falta que sea en construcción: lo que sea que las saque de su zona de confort está bueno. Todo se aprende y todo se puede. Además, abre muchos caminos y también la mente”.
Fuente: Diario Perfil