Los armados locales vieron pasar la ola, sin surfearla ni entenderla

Editorial por Claudia Fernández.

Las urnas del 26 de octubre dejaron una señal clara: Córdoba volvió a ratificar su condición de bastión libertario. En la provincia, La Libertad Avanza alcanzó el 42,33 % de los votos y se quedó con cinco bancas en Diputados, frente al 28,32 % de Provincias Unidas y el 8,75 % de Defendamos Córdoba.

Pero el dato más fuerte no está solo en los porcentajes, sino en el sentido político del voto: el pueblo cordobés volvió a votar a Javier Milei, no a las estructuras ni a los candidatos locales. En una Argentina sacudida por la inflación, la incertidumbre y el desgaste social, Córdoba —una vez más— decidió sostener al Presidente y su propuesta de ruptura.

Santa María: la ola violeta cubre el departamento

En el Departamento Santa María, el respaldo fue contundente. Con el 100 % escrutado, La Libertad Avanza obtuvo el 42 % promedio, superando los 30 % de Provincias Unidas y dejando al resto de los espacios por debajo del 10 %. El mapa se tiñó casi por completo de violeta: la mayoría de las localidades le dieron el triunfo al oficialismo libertario.

LocalidadLLAProvincias UnidasDef. Córdoba
Alta Gracia41,33%30,65%8,68%
Anisacate41,66%28,71%7,72%
Bajo Chico39,74%31,02%6,66%
Bouwer40,21%33,15%
Cosme36,36%45,45%
Despeñaderos36,18%46,71%4,80%
Falda del Carmen41,53%31,20%6,45%
José de la Quintana40,10%22,22%
La Paisanita37,01%16,02%
La Rancherita24,84%51,55%
La Serranita40,09%27,97%10,72%
Lozada36,54%45,03%
Malagueño35,06%37,85%7,72%
Monte Ralo49,86%33,24%
Potrero de Garay48,04%23,87%6,57%
Rafael García40,84%25,00%
San Clemente42,13%39,59%7,61%
San Isidro34,57%40,14%6,31%
San Nicolás47,10%26,91%7,71%
Toledo42,16%30,11%7,20%
Valle de Anisacate39,55%29,19%9,63%
Villa Ciudad de América48,73%31,77%
Villa El Prado40,22%32,75%
Villa La Bolsa45,41%19,23%11,52%
Villa Los Aromos38,15%24,14%9,85%
Villa Parque Santa Ana40,31%34,10%6,10%
Yocsina53,74%24,70%6,21%

El patrón se repite: allí donde los candidatos libertarios eran desconocidos o carecían de estructura local, el voto se mantuvo firme. Fue Milei, y solo Milei, quien volvió a ser el centro de la confianza electoral.

Un voto que desafía la lógica tradicional

La fuerza libertaria ganó en localidades urbanas como Alta Gracia y Santa Ana, en comunas chicas como Dique Chico o La Paisanita, y en zonas serranas como Potrero de Garay o Monte Ralo. El voto no siguió a los liderazgos regionales, ni a las gestiones locales. Fue un voto directo al Presidente: una renovación del contrato simbólico que Córdoba firmó con Milei desde 2023.

Mientras tanto, Provincias Unidas logró retener algunos bastiones vinculados al peronismo provincial —como Despeñaderos, Lozada y San Isidro— pero no consiguió revertir la tendencia general.
El electorado, cansado del desgaste político y económico, volvió a apostar por el cambio, aunque el cambio aún no haya mostrado resultados concretos.

Entre el enojo y la esperanza

El voto libertario cordobés se mueve entre dos pulsiones: el enojo con la política tradicional y la esperanza en una transformación real. Es un voto emocional, más visceral que ideológico, pero con una persistencia que sorprende incluso a los analistas.
Aun en un contexto adverso, con salarios rezagados, conflictos gremiales y reclamos de jubilados, docentes y pymes, Milei retuvo la adhesión de la mayoría del electorado.

Sin dueños locales del triunfo

En las horas posteriores al cierre del escrutinio, no faltaron dirigentes locales o regionales que intentaron adjudicarse “el triunfo de La Libertad Avanza”. Pero los hechos son tozudos: no fue su triunfo, fue el del Presidente. No hubo campaña territorial homogénea, ni despliegue comunicacional organizado, ni figuras arrastre. El voto fue espontáneo, directo, sin mediaciones.

Un voto que exige resultados

El apoyo masivo reabre una oportunidad política para el gobierno nacional, pero también una advertencia. El pueblo cordobés ratificó el rumbo, pero espera hechos concretos: una economía que empiece a estabilizarse, señales de crecimiento y una gestión que cumpla lo prometido.
La paciencia del votante cordobés es amplia, pero no infinita.

En ese sentido, el mensaje que dejan las urnas es doble: “Confiamos otra vez, pero no para siempre.”

Los armados locales vieron pasar la ola, sin surfearla ni entenderla.

Y en esa misma corriente, también quedó atrapado Juan Schiaretti, el histórico “Messi del cordobesismo”, que durante años supo leer el pulso del electorado mejor que nadie. Pero esta vez la ola fue distinta. No buscó gestión, buscó catarsis.

Schiaretti llegó con estructura, discurso y territorio; Milei, con un mensaje sin mediaciones. La gente no eligió obras, eligió una idea. No evaluó pasado, votó sensación.

Córdoba no dejó de reconocer su modelo de gestión, pero eligió mirar hacia otro lado. Fue una mezcla de cansancio y expectativa, un “a ver si ahora sí”. En ese contexto, la Libertad Avanza arrasó, y el viejo músculo del cordobesismo —tan eficaz para ganar elecciones locales— quedó paralizado ante un fenómeno que lo desbordó emocionalmente.

Ni Schiaretti ni los armados locales pudieron surfear la ola. La vieron pasar, sin entender que ya no era política… era marea.

Lo ocurrido en Santa María es el espejo de lo que pasó en toda la provincia: un electorado autónomo, que no responde a los viejos partidos, sino a una identidad cordobesa que se define por la independencia y la rebeldía. En esta elección, Córdoba no solo votó a Milei: volvió a marcar el pulso político del país.