Lo dejaron sin moto y salió a buscarla: así la recuperó con ayuda de la gente

Un hecho de inseguridad ocurrido días atrás en Alta Gracia movilizó a un trabajador local, a vecinos y a los medios, y terminó con un desenlace favorable. Daniel —empleado de seguridad del Museo de la Estancia Jesuítica, en pleno corazón de la ciudad— sufrió el robo de su motocicleta en la madrugada del viernes, mientras se encontraba cumpliendo funciones dentro del edificio histórico.

La moto había quedado estacionada junto al Tajamar, asegurada con doble candado. Cerca de las 5 de la mañana, durante uno de los recorridos internos que realiza habitualmente, Daniel miró por una de las ventanas del museo y notó que el vehículo ya no estaba.

“Fue una sensación horrible de impotencia. Uno trabaja, se esfuerza para tener sus cosas, y que te lo saquen así te hace un daño terrible”, relató.

Una denuncia rápida y la decisión de salir a buscarla

En cuanto pudo, se dirigió a Fiscalía a radicar la denuncia y luego al área de monitoreo municipal, donde dejó fotografías y datos. Pero comprendiendo que cada minuto contaba, decidió no esperar: comenzó a moverse por distintos sectores de Alta Gracia junto a su pareja, pidiendo acceso a cámaras privadas y consultando a comerciantes.

“La Policía me atendió bien, me tomaron todos los datos, pero fue rápido porque yo me moví y porque la gente ayudó muchísimo”, explicó.

Un aviso clave y un encuentro inesperado

La difusión del caso en redes sociales y medios locales activó la solidaridad vecinal. Cerca del mediodía, Daniel recibió una información certera sobre el posible paradero de la moto. Se dirigió a la zona del Puente del Ancla y allí vio al sospechoso circulando en su propio vehículo.

Intentó frenarlo, pero el joven aceleró y escapó. En esos segundos decisivos, Daniel tuvo un inconveniente mecánico: había activado sin querer el cortacorriente de la moto que usaba para seguirlo, lo que demoró la reacción.

“Cuando me di cuenta de que era el cortacorriente, ya me había sacado una cuadra y media de ventaja”.

Aun así volvió a encenderla y lo siguió durante varias cuadras hasta perderlo de vista.

La moto aparece abandonada

Minutos después, una mujer se comunicó para avisar que había visto una motocicleta tirada en la vía pública. La Policía llegó al lugar y confirmó que se trataba del vehículo robado.

Paralelamente, Daniel reunió grabaciones de cámaras privadas que mostraban al autor del hecho actuando sin casco y a cara descubierta mientras manipulaba la cadena de seguridad. Todo fue entregado a la comisaría, que continúa con la investigación.

Una combinación de esfuerzo propio, colaboración y suerte

El caso quedó resuelto en menos de 24 horas. Daniel atribuye el resultado a su rápida intervención, al compromiso de los vecinos y —según él mismo dice— “a un poco de suerte”.

“Hace años me robaron otra moto y nunca apareció. Esta vez, gracias a la gente, a los medios, a los datos que iban aportando… y a que no me quedé quieto, pude recuperarla. Estoy agradecido de corazón”.

Precauciones y aprendizajes

El trabajador reconoció que a partir de ahora tomará mayores recaudos sobre dónde estacionar, incluso en zonas céntricas y vigiladas:

“Uno confía porque es un lugar icónico de la ciudad, lleno de cámaras, pero estas cosas pasan igual. Ahora voy a buscar otra forma de asegurarla”.

Agradeció especialmente el acompañamiento ciudadano:

“De verdad, mil gracias