El importe surge del aporte que hacen funcionarios y concejales. Los militantes siguen cuestionando que no haya un lugar de reunión habilitado (excepto cuando hay elecciones) y que nadie sepa “donde va esa plata”.
Todos los meses funcionarios y concejales “hacen la vaquita” y aportan para el partido. Cada uno entrega unos 13 mil pesos aproximadamente (el 10 % del sueldo) para que con esos fondos se puedan sostener costos de mantenimiento, el pago de cursos y talleres, traslados, catering para eventos, etc.
Sin embargo, el cajoncito está vació al día de la fecha y nadie sabe donde fue ese dinero. A la histórica casa de Arzobispo Castellanos claro está que no, ya que sigue cerrada a pesar de las reiteradas amenazas con abrirla. Algunos militantes están indignados con esta situación debido a que el mismo intendente de la ciudad es el presidente del partido, tal cual se autproclamó meses atrás cuando rompieron la cerradura y tomaron la sede.
Según se pudo conocer, los funcionarios hacen sus aportes al Área de Economía del municipio. ¿Donde habrá ido a parar ese dinero?