Graciela Cortez, madre de Aydee Palavecino, joven asesinada en 2019, denuncia un conflicto judicial con su otra hija (hermana de la víctima) por la tenencia de Olivia, la hija de Aydeé que crió desde bebé.
El asesinato de Aydee Palavecino en 2019 dejó un vacío irreparable, pero también un legado de amor y cuidado: su hija Olivia, de poco más de dos meses en aquel momento, fue criada durante seis años por su abuela materna, Graciela Cortez. Hoy, esa mujer enfrenta un conflicto judicial con Andrea Flores, hermana de Aydee (madre biológica de Olivia), quien reclama la tenencia de la niña bajo el argumento de que Graciela no la educó ni la crio como corresponde.
Un hogar, un vínculo roto
Graciela cuenta con profunda tristeza cómo fue la figura materna de Olivia desde que la niña tenía tres meses. “Olivia siempre fue mi motor, el pedacito de carne que le prometí a su madre cuidar y educar”, asegura. Sin embargo, su relación con Andrea, su otra hija de profesión abogada, se fracturó hace años y hoy la enfrenta en tribunales. Graciela sospecha que esta condición profesional influyó en el accionar judicial y en la relación especial que mantiene Andrea con la jueza que tomó las decisiones.
El conflicto se complicó cuando en septiembre pasado Graciela se mudó con Olivia al pueblo de Laborde donde vive su otra hija. Para Navidad, dejó a Olivia temporalmente con sus tíos maternos Andrea y Sergio porque debía volver a Anisacate debido a que “ya no podíamos sostenernos más allá por la cuestión económica”, pero al ir a buscarla le informaron que Olivia se quedaría con ellos. “Fue una sorpresa muy dura porque no habíamos acordado nada”, explica.

La batalla judicial y el impacto en Olivia
En la audiencia en Alta Gracia, la jueza Beatriz Calderón otorgó la tenencia provisoria a Andrea Flores, alegando que Graciela estaba “muy enojada” como para tener la niña y priorizando el deseo expresado por Olivia de vivir con su tía. Graciela denuncia que se la trató como la “villana” y que el informe psicológico que influyó en la decisión fue parcial, ya que “la psicóloga no tuvo contacto directo con Olivia y solo escuchó a los tutores”, explica.
Desde febrero de 2025, Olivia vive con Andrea, mientras Graciela sólo puede verla una vez al mes, enfrentando viajes de más de 300 kilómetros. “No puedo costear esos traslados y la niña está sufriendo. La tienen sobrecargada y limitan nuestras llamadas”, señala.
Además, Graciela se separó del padre biológico de Aydeé y Andrea; y desde hace años está en pareja con Juan, quien ha sido una figura paterna importante para la niña durante cinco años. Sobre esto, Juan relata: “He compartido momentos difíciles y felices con Olivia. Para ella, yo soy un padre real, aunque otros no acepten que me llame ‘papá’. Este conflicto entre adultos no debería cargarlo Olivia. Ella quiere estar donde se siente segura, y nosotros siempre buscamos lo mejor para ella.”

Un drama que desgarra a toda una familia
El origen de la fractura familiar también tiene un costado económico: Graciela quiso sacar la escritura del terreno donde construyó su casa para proteger los derechos de todos sus hijos, pero “Andrea buscaba que ese terreno estuviera sólo a su nombre, lo que derivó en un distanciamiento”, dijo.
Graciela denuncia además que, durante años, mantuvo sola la crianza de Olivia con trabajos informales, “sin recibir apoyo económico ni material de sus hijos. He trabajado con esfuerzo y dignidad para darle todo a Olivia”, explica; y agrega: “No es solo que me quiten a mi nieta, es que me quieren borrar de su vida como si estos seis años no hubieran existido. Y eso no lo voy a permitir”, afirma con firmeza.
La justicia en el centro del debate
Ante la falta de respuestas y el desgaste emocional, Graciela ha decidido visibilizar el caso públicamente, con el apoyo de la comunidad. Graciela dice que su abogada, Ivana Persichelli, “asegura que el proceso ha sido injusto y que se requiere un juez especializado en familia para garantizar el bienestar real de Olivia”.
Además pide que se escuche la voz de la niña y se respeten sus vínculos afectivos. “Olivia merece vivir en un ambiente donde sea feliz y segura, no en medio de disputas entre adultos que la lastiman”, concluye con la esperanza de que la justicia actúe con equidad y sensibilidad. “La justicia debería proteger lo que construimos juntas con mi nieta, no destruirlo”, dice, con la voz quebrada.

El caso Aydee Palavecino: un recuerdo que duele
- Aydeé Alejandra Palavecino tenía 18 años, era estudiante del profesorado de nivel primario y madre de una nena de aproximadamente dos meses al momento del crimen.
- Vivía en la localidad de Anisacate, en la provincia de Córdoba .
El hecho:
- En la tarde del 1º de junio de 2019, su ex pareja, Facundo Giménez, la atacó con puñaladas en la casa donde ella vivía con sus padres en Villa Satyta, Anisacate .
- Además de asesinarla, hirió a su suegra (la madre de Aydeé) e intentó agredir a su padre.
Plan siniestro:
- El imputado había dejado un escrito en el que detallaba un plan para asesinar no solo a Aydeé, sino también a sus padres y a su bebé. Planeaba golpear a la suegra con un martillo, simular un accidente doméstico con gas para hacer parecer todo como una tragedia accidental y escapar en motocicleta, con casco y antiparras para no ser identificado.
Juicio y condena:
- El juicio comenzó el 28 de julio de 2021 y terminó con su condena el 2 de agosto de 2021, declarando a Giménez autor penalmente responsable.
- Fue condenado a prisión perpetua por la Cámara 12 del Crimen de Córdoba, con jurado popular, por homicidio doblemente calificado: por el vínculo (su pareja) y por violencia de género.