Con tan solo 22 años, Lautaro Echenique es un verdadero ejemplo de resiliencia, fe y compromiso personal. Su historia comienza marcada por la obesidad infantil: a los dos años ya pesaba casi 60 kilos, y con el paso del tiempo llegó a alcanzar los 219 kilos. Sin embargo, su fuerza de voluntad y un profundo cambio de mentalidad lo llevaron a transformar su vida por completo.
Lautaro recuerda con claridad el momento que lo hizo cambiar: “Cuando vi que la balanza marcaba más de 200 kilos, fue como un balde de fuego frío. Sentí que esa no era vida para mí”, cuenta. Ese impacto fue el clic que necesitaba para decidir que su historia debía ser diferente. “Tuve que cambiar la mente antes de cambiar el cuerpo”, afirma con convicción.
Su proceso de transformación comenzó con pequeños pasos, pero grandes resultados: en su primer mes logró bajar 22 kilos, un logro que lo motivó a seguir adelante. Con el acompañamiento médico necesario, y gracias a su constancia, bajó 138 kilos en poco más de un año, sin necesidad de someterse al bypass gástrico que en un principio tenía programado. “Ya había cambiado la cabeza, sabía que era un hábito que debía sostener”, explica con orgullo.
Hoy, Lautaro continúa trabajando en su bienestar, y enfrenta una nueva etapa en su camino: el próximo 5 de noviembre será intervenido quirúrgicamente para corregir una condición física (arqueamiento de piernas), con una osteotomía en la pierna derecha. Tres meses después, le tocará la segunda operación, en la pierna izquierda. “Esta vez estoy preparado. Dios me dio una segunda oportunidad y quiero aprovecharla al máximo”, asegura.
Para afrontar los gastos posoperatorios —como férulas, insumos médicos, traslados y rehabilitación—, Lautaro y su familia organizan una pollada solidaria el 25 de octubre, en su domicilio de Concejal Alonso 1194. Los pollos, que se entregarán con ensalada, tienen un costo de $18.000 y pueden encargarse al 3547-323419 (mamá de Lautaro) o 3547-574189 (Lautaro).
Además, cualquier colaboración —ya sea con insumos, descartables o alimentos— será más que bienvenida. “Todo lo que la gente pueda aportar lo vamos a aprovechar al máximo”, comenta agradecido.
Su historia no solo es una lección de vida, sino una invitación a creer en uno mismo, a confiar en el poder del cambio y a demostrar que con fe, actitud y compromiso, todo es posible.
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