En la campaña de forestación se colocaron alrededor de 100 plantines de algarrobos, espinillos y lagañas de perro. Una parte lograda a través de gestiones con la Secretaría de Ambiente, y la otra mediante la producción propia del vivero comunal “Pensar en Verde”.
Durante varios días, la comuna de Villa la Bolsa, a través del Área de Ambiente, viene llevando adelante una Campaña de Forestación en las márgenes del río que fue acompañada de vecinas y vecinos. Se colocaron alrededor de 100 plantines de algarrobos, espinillos y lagañas de perro. Una parte del total fue lograda a través de gestiones ante la Secretaría de Ambiente, y la otra como producto de nuestra producción propia en el vivero comunal Pensar en verde.
Comenzaron en la bajada de calle Río Negro, siguieron por el sendero Nuestro Rincón Nativo, luego por las bajadas de La Cascada, Vieja Usina, Acequia del Molino, y terminaron en la bajada de calle Entre Ríos y Buenos Aires, casi al límite con Anisacate.
“En cuanto a la percepción del paisaje original, que se ha visto seriamente afectdo a lo largo de estos años, es esencial aclarar que perdimos ese disfrute de lo nativo, esos aromas únicos tan característicos del bosque, esos sabores al comer un fruto de Tala, de Piquillín, de Mistol, de Algarroba, sentados a la vera del río simplemente contemplando, tanto en lo inmediato como a largo plazo”, contó al respecto la titular del Área de Ambiente local, Paola Banegas, quien presidió la campaña y agradeció el compromiso de las personas que colaboraron.
Explicó, por otra parte, que la vegetación característica de esta zona corresponde a la eco-región del Chaco seco, donde era común encontrar un bosque rico de Algarrobos, Espinillos, Chañares, Talas, Moradillos entre otros, “si hoy caminamos por la vera del río encontramos invasión de numerosas especies exóticas que trasforman y alteran el ecosistema original”, explicó.
La intención de esta propuesta es recuperar esos principios por los cuales los habitantes eligieron este lugar (Villa La Bolsa) y permanecen en él: restaurar el paisaje perceptivo nativo que se ha perdido y establecer una barrera que ayude a albergar a la fauna nativa que ayudará a mitigar los impactos negativos, “como la contaminación sonora y la contaminación por los asentamientos humanos que existen con mayor frecuencia en cada temporada. Cada vez más encontramos elementos de origen humano que terminan en el cauce del río, en sus aguas podemos observar diversos materiales que ensucian y contaminan afectando a los propios seres humanos que lo producen como a los animales que habitan en el río, el suelo en sus capas más profundas también se degrada afectando el crecimiento y conservación de las plantas ubicadas naturalmente. Con el compromiso en el corazón y las manos amigas del bosque es que seguiremos con estas acciones como puesta en valor de lo nuestro paisaje nativo”, dijo, y aclaró que a las y los vecinos que acompañaron “a quienes estamos infinitamente agradecidos” se les entregó espinillo. “También colocamos tutores y carteles”, finalizó.