Juan José: casi seis décadas de oficio en el Día del Vendedor Ambulante

En el Día del Vendedor Ambulante, Juan José eligió celebrarlo como mejor sabe hacerlo: trabajando. Con una sonrisa y la sencillez de quien dedicó la vida a su oficio, repasó su historia y los años que lo convierten en uno de los vendedores más reconocidos de Alta Gracia.

“Ya llevo casi 60, 55 largos años”, contó con orgullo. De ellos, 37 los vivió en las calles de Alta Gracia, donde se instaló definitivamente después de recorrer otros lugares en su juventud. Su puesto habitual se encuentra en la esquina de Belgrano y Olmos, un punto tradicional donde vecinos y visitantes ya lo identifican como parte del paisaje urbano.

Juan José trabaja siempre en el mismo rubro, con su bicicleta y su carrito como compañeros inseparables. Se mueve por la ciudad según los eventos y actividades que se desarrollan, una dinámica que, asegura, forma parte natural del oficio. “Lo especial es ser perseverante siempre. Estar siempre ahí, sirviéndole a la gente”, afirmó. Esa dedicación, reconoce, muchas veces implica sacrificar momentos familiares, sobre todo en fechas especiales.

Con el paso del tiempo, su clientela se volvió parte de su historia. “Hay gente que cuando eran chiquitos me compraban y ahora me traen a sus hijos”, cuenta entre risas y nostalgia. Ese vínculo generacional, dice, es uno de los mayores regalos del trabajo ambulante.

Al recordar épocas anteriores, admite que antes había muchos más vendedores en las calles: “Sí, sí, había. Pero empezaron a irse… Algunos fallecieron”. Pese a esa disminución, él mantiene firme su compromiso con un oficio que ama profundamente.

—¿Te gusta tu trabajo?
—Sí, totalmente que sí. Me encanta —respondió sin dudar.

En un día que pone en valor el esfuerzo de quienes sostienen la economía popular desde la calle, Juan José es un símbolo de constancia, cercanía y servicio. Y, como cada año, celebró su día trabajando, fiel a la tradición que marcó toda su vida.