Inseguridad en Barrio Sur de Alta Gracia: una comerciante sufrió su segundo robo en un mes

La creciente ola de inseguridad vuelve a golpear a los vecinos de Barrio Sur, particularmente a los comerciantes de la zona. En la madrugada del martes, Viviana Míguez, propietaria de un maxiquiosco ubicado en la esquina de Reinaldo Lupi y Mariano Moreno, fue víctima de un nuevo robo, el segundo en menos de treinta días.

“No sé cómo definirlo ya, no hay palabras. Te sentís ultrajada, es una violación a la propiedad privada”, expresó Viviana, visiblemente conmovida por la situación. A pesar de haber reforzado las medidas de seguridad tras el primer hecho —con cámaras y rejas—, los delincuentes regresaron, rompieron el vidrio del local e intentaron llevarse mercadería.

El hecho ocurrió apenas una hora después del cierre del comercio, cerca de las 2:00 de la madrugada, cuando Viviana se retiró del lugar. A las 3:15, fue alertada por una comerciante vecina de que le habían ingresado nuevamente al negocio. “La guardia local, el CAP y los móviles dejan de circular a la 1 de la mañana. Después de eso, esto es tierra de nadie”, afirmó la comerciante.

Según relató, los ladrones se llevaron bebidas alcohólicas, cigarrillos y habían dejado preparados otros artículos para seguir saqueando. “Si no fuera por los vecinos y el sistema de ‘Ojos en Alerta’, se hubieran llevado más”, aseguró.

Míguez denunció además que no es la única víctima: “Acá han robado todos los comercios de la cuadra. La heladería, la pollería, locales de ropa. No hay seguridad real. Y los delincuentes andan como dueños del lugar”.

En su testimonio, la comerciante fue contundente con respecto a la gestión de la seguridad: “A mí no me representa el funcionario a cargo del área, Agustín Saieg. La silla le queda grande. No tengo respuesta de él ni siquiera cuando lo llamo tras los robos. Me corta el teléfono o manda mensajes sin sentido”.

Luego del primer robo, Viviana impulsó junto a otros comerciantes y vecinos de la zona la presentación de un documento con firmas, solicitando una reunión urgente con las autoridades, domos de vigilancia y otras medidas. El escrito fue entregado formalmente, dirigido al área de seguridad municipal, pero aún no han obtenido respuesta.

La situación de inseguridad ha llegado a tal punto que, según narró Viviana, algunos comerciantes han optado por dormir dentro de sus propios locales para evitar nuevos robos. “Esto no es vida. Esto era un proyecto, mi mini empresa, un sueño. Pero así no se puede trabajar ni vivir”, lamentó.

Míguez también denunció que la policía identificó a los presuntos autores de los robos, incluso los tuvo demorados el fin de semana anterior, pero fueron liberados, a pesar de que los vecinos aseguran que integran un grupo que comete estos delitos de manera reiterada.

“Yo aclaro que no culpo a los policías ni a la Guardia Local. Ellos son empleados y hacen lo que pueden. Pero quienes tienen que tomar decisiones no están actuando como corresponde”, sostuvo.

A pesar del dolor y el desgaste emocional, Viviana no baja los brazos: “Esta es mi fuente de trabajo. Acá también está mi familia. Uno se tiene que levantar y seguir”. Y remata con una sonrisa triste: “Ahora me río, pero el que me conoce sabe…”.

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