Se conocieron las cifras generales del último Censo y nuestro departamento fue el de mayor crecimiento en toda la provincia. Para muchos esto no se refleja regionalmente.
Los números del último censo dejan en evidencia algo que ya no es una sensación: la explosión demográfica que el Departamento Santa María viene sosteniendo hace más de una década.
Las estadísticas conocidas en las últimas horas, solo reflejan una mayor cantidad de habitantes, 147.357 en el 2022, contra los 98.188 que habitaban nuestro departamento en el año 2010, pero el desarrollo no se sostuvo regionalmente, siendo solo dos las localidades que recibieron mayor cantidad de fondos que se trasladaron a obra pública: Alta Gracia y Despeñaderos.
El resto sumo más población pero con los mismos recursos y servicios cada vez más atrasados para los estándares básicos ya que claramente el incremento en la coparticipación nunca llegó y mucho menos los aportes extraordinarios que si estuvieron presentes en estas dos localidades.

Sin tener el desglose por localidad, está claro que Santa María y sus veinticuatro localidades comienzan a tener peso propio en un año electoral donde la gran mayoría de sus caudillos no podrá repetir una candidatura.
Esta nueva realidad impone una nueva mirada desde el Panal, que negó sistemáticamente el planteo de muchos Intendentes y Presidentes comunales a revisar el cambio de la ley que limita ir por un periodo más al frente de los gobiernos locales.
El desarrollo desparejo que mantuvo el Departamento en estas décadas se ve reflejado en grandes desigualdades que los dos años de pandemia dejaron como experiencia. No es muy inteligente como mirada regional concentrar todo el desarrollo en dos ciudades, esto obliga a la periferia a vivir relegada y ser dependientemente de las grandes ciudades que ni siquiera puede cubrir las demandas dentro de su territorio.
Quizás este crecimiento demográfico sirva para rediscutir un desarrollo regional real y no discursivo, pero para eso no solo se debe esperar la voluntad de los gobiernos centrales o de mayor tamaño, sino que también debe existir una decisión real de las localidades más pequeñas pra poner sobre la mesa esta discusión con tanta vehemencia como se persigue la Re Re.