Los colores originales y los motivos por los que empezó a usarse la escarapela.
Se inicia la semana más patria de todas en Argentina: la Semana de Mayo. Para celebrarlo, los niños se disfrazarán de caballeros y damas antiguas en las escuelas y los pastelitos, el locro y las empanadas y empanadillas volverán a ser el centro de atención en cada una de las mesas familiares. Pero seguramente hay muchos datos que desconocías sobre los orígenes de la escarapela, nuestro pequeño símbolo patrio.
Entre el 18 y el 25 de Mayo sucedieron una serie de hechos históricos que marcarían el futuro de nuestro país. En 1812, a dos años del primer Cabildo Abierto, Manuel Belgrano solicitó al Primer Triunvirato que aprobara el uso de la escarapela blanca y celeste a los integrantes del ejército revolucionario.
El símbolo debía ser utilizado por los soldados argentinos para distinguirse del ejército invasor realista, que se identificaba con una insignia roja. En mayo de 1934, una profesora solicitó al Consejo Nacional de Educación que se conmemorara la escarapela. Años más tarde se instituyó el 18 de mayo como Día de la Escarapela y la efemérides fue incluida en 1951 en el calendario escolar.
Curiosidades que no sabías sobre la escarapela
Los colores originales
Una de las versiones más aceptadas y difundidas cuenta que los colores blanco y celeste fueron los elegidos por Manuel Belgrano en clara referencia a los colores de la bandera. De acuerdo a investigaciones del Instituto Nacional Belgraniano, el formato de las primeras escarapelas presentaba un color celeste en el centro y una corona blanca.
El significado de la palabra “escarapela”
Según el periodista, escritor y editor Daniel Balmaceda, la palabra “escarapela” tuvo sus orígenes en los usos coloquiales que la gente hacía en referencia a las peleas entre mujeres que se arañan. La teoría explica que las uñas de las mujeres dejaban marcas que “diferenciaban” a las personas, casi a modo de distintivo.
Las “escarapelas” que no repartieron French y Beruti
La creencia popular asume que Domingo French y Antonio Beruti se movieron entre las multitudes convocadas frente al Cabildo en 1810 repartiendo escarapelas que representaban el bando en que se encontraba cada persona. Sin embargo, lo que realmente repartían era una cinta blanca que simbolizaba la unión entre americanos y españoles luego de que el rey español, Fernando VII, cayera en manos de Napoleón Bonaparte.
Las confusas luchas contra españoles
Mediante una nota al Gobierno central del Primer Triunvirato, Manuel Belgrano recomendó que “declarar la escarapela nacional” evutaría que alguien pudera equivocar “nuestras fuerzas con las del enemigo”. Hasta ese momento, las tripas criollas y las españolas tenían atuendos, vestimentas y pendones idénticos, por lo que las luchas se volvían demasiado confusas.
Fuente: La Gaceta