De los panchos al altar: una historia de amor bien nuestra

Una pareja de la región sorprendió a todos con una original forma de celebrar su amor: luego de casarse, decidieron pasar por Panchetos de Río Segundo, el lugar donde comenzó su historia hace casi seis años.

Ella es Sabri, oriunda de Rafael García, y él Ale, de Lozada. Su primera cita fue allí, entre risas, nervios y un pancho que ayudó a descontracturar la timidez de aquella noche. Desde entonces, el local se convirtió en un espacio lleno de recuerdos y anécdotas.

En diálogo con Mi Valle, Sabri relató emocionada: “Una locura lo de ir a Panchetos. Nosotros nos estábamos conociendo, yo era de Rafael García y él de Lozada. Queríamos ir a cenar, pero entre tanta vergüenza decidimos descontracturar un poco e ir a comer pancho. El día del casamiento decidimos volver ahí, a lo que éramos. Fue súper lindo, los chicos nos trataron re bien, fue una experiencia hermosa.”

La novia también recordó una anécdota que aún hoy se cuenta entre amigos: “Ale se comió cuatro panchos esperándome porque yo estaba con mi cuñada, esperando el nacimiento de mi sobrino”.

El gesto no pasó desapercibido: vestidos de casamiento, con fotógrafa incluida, la pareja hizo su parada en Panchetos antes de ir al salón de fiestas en Río Segundo.

Para David, dueño del local, fue un hecho inolvidable: “Los chicos nos sorprendieron, no nos habían avisado nada. Que nos hayan homenajeado de esa forma me hizo sentir muy feliz y gratificado. Mirá lo que son las generaciones: hoy ellos, mañana sus hijos vendrán a Panchetos. Fue un gesto muy noble.”

La pareja, que actualmente vive en Villa del Rosario, también aprovechó ese día para sorprender a una tía que no pudo asistir al casamiento, llevándole la alegría de verlos en sus trajes de boda.

Este homenaje espontáneo se viralizó en redes y ya forma parte de las anécdotas más tiernas y originales de la región: una historia de amor que nació con un pancho y se celebró a lo grande.