De la reivindicación del congelamiento y la licuación tarifaria al ajuste fondomonetarista sin escalas

Finalmente, forzado por la falta de dólares y la presión que ejerce el FMI, decidió aplicar una eliminación total de subsidios para un tercio de la población, con aumentos interanuales de casi 500% en medio de un fogonazo inflacionario inédito y en plena campaña electoral.

En los últimos días comenzaron a llegar las facturas de electricidad en Capital y Gran Buenos Aires con aumentos cercanos al 500% interanual para los usuarios Nivel 1, segmento que incluye no solo a los hogares de ingresos más altos sino también a todos aquellos que por diversas razones no se anotaron en el registro para conservar el subsidio. A su vez, los clientes que reciben subsidio, pero consumen más de 400 Kwh por mes comenzaron a pagar la tarifa plena por la demanda que excede ese umbral.

Cuando puso en marcha la segmentación a mediados del año pasado, el gobierno aseguró que se quedaría sin subsidio cerca del 10% de los usuarios. Sin embargo, el subsecretario de Energía Eléctrica Santiago Yanotti reconoció en mayo en su cuenta de Twitter que la poda impactará en más del 30 por ciento de los hogares, algo que se podía prever apenas comenzó a implementarse el plan.

Lo insólito en este caso es que el gobierno de Alberto Fernández estuvo tres años dejando que las tarifas de luz y gas se licuaran de manera acelerada frente a la inflación, lo que afectó el plan de inversiones. Luego de atravesar el peor momento de la pandemia de coronavirus, el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, y su par de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, intentaron en reiteradas ocasiones actualizar las facturas en línea con la inflación para al menos mantener estables los subsidios, pero se encontraron con la negativa de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, representada por sus delegados en el área energética, los interventores del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Federico Bernal, y del Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE), Federico Basualdo, quienes alcanzaron un protagonismo inusitado en aquel momento.

Basualdo, quien en noviembre de 2020 fue designado subsecretario de Energía Eléctrica, desafió al propio Guzmán no sólo resistiendo la implementación de mayores ajustes tarifarios sino incluso negándose a renunciar cuando el ministro de Economía lo quiso desplazar en abril de 2021 por desobedecer sus directivas. “A veces la gestión es frustrante en cuanto a lo que uno espera que suceda y no sucede. Habrá que superar esas frustraciones y seguir adelante”, aseguró en aquel momento en un mensaje destinado al ministro.

En el sector del gas, Bernal impulsó un proyecto de ley de ampliación del subsidio extra por “zonas frías”, avalado por Máximo Kirchner y Sergio Massa, que terminó siendo votado en el recinto en junio de 2021 y extendió ese beneficio, restringido originalmente a la Patagonia, a gran parte de la provincia de Buenos Aires, centro y sur de Córdoba, sur de Santa Fe, la provincia de Mendoza y casi la totalidad de la provincia de San Luis. Todas esas zonas, que en muchos casos se caracterizan por sus climas templados e importantes niveles de actividad económica, terminaron viéndose beneficiadas por una baja nominal de tarifas cuando la inflación interanual ya superaba el 50%.

Los sonidos del silencio
A diferencia de los aumentos que impulsaban Guzmán y Kulfas al inicio de la gestión para mantener los subsidios estables, ahora el gobierno decidió aplicar una eliminación total de esos subsidios para un tercio de la población, obligado por la falta de dólares y la presión del FMI, en medio de un fogonazo inflacionario inédito y en plena campaña electoral.

El aumento interanual de casi 500% se ubica muy por encima de la inflación del período y, por lo tanto, no cumple con los criterios de “certeza, previsibilidad, gradualidad y razonabilidad” que recomendó la Corte Suprema de Justicia en 2016, cuando anuló la suba de tarifas que entonces había aplicado el ministro de Energía Juan José Aranguren. El fallo CEPIS fue reivindicado en su momento por el Frente de Todos que ahora está aplicando este ajuste luego de que el FMI solicitara avanzar en esa dirección en su informe de evaluación de las metas del último trimestre de 2022.

Bernal y Basualdo parecen haber abandonado ya cualquier tipo de resistencia frente a la suba de tarifas, aunque permanecen dentro del gobierno. Bernal se desempeña como subsecretario de Hidrocarburos y no se le conoce ninguna declaración en contra de estos ajustes que quintuplican la inflación y no solo impactan en los hogares de mayor poder adquisitivo. Basualdo, por su parte, también optó por el perfil bajo, mientras ejerce como presidente de YPF Gas, cargo con el que fue recompensado por los servicios prestados cuando dejó la Secretaría de Energía.

Fuente: Econojournal

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