En el marco de las celebraciones de fin de año, el municipio intensificó los controles por el uso y la venta de pirotecnia, una práctica prohibida en la ciudad. Así lo explicó Agustín Saieg, quien detalló el trabajo que se viene realizando y las dificultades que enfrenta el operativo.
Más de 80 llamados en tres días
Entre el 23 y el 25 de diciembre se registraron alrededor de 86 llamados de vecinos, alertando por detonaciones y venta ilegal de pirotecnia. “Estamos en alerta permanente”, señaló Saieg, remarcando que el control se vuelve complejo por las distintas modalidades de comercialización clandestina.
Comercios notificados y ventas encubiertas
Desde el área correspondiente se notificó a más de 200 comercios sobre la prohibición de venta. Sin embargo, muchos casos se realizan de manera encubierta:
– ventas por redes sociales,
– entregas en bolsas o cajas cerradas,
– pagos previos por transferencia.
Esto dificulta el accionar de los equipos de control.
Operativos y limitaciones
Los operativos se llevan adelante con personal de Ambiente, Guardia Local y Ojos en Alerta, incluso con un vehículo asignado exclusivamente para estas intervenciones. Aun así, Saieg reconoció que durante las noches del 24 y 31 “la cantidad de denuncias supera ampliamente la capacidad operativa”.
Una normativa que existe, pero cuesta hacer cumplir
La prohibición de la pirotecnia está vigente por ordenanza, pero la indisciplina de algunos vecinos y la falta de recursos hacen que no siempre se pueda constatar cada infracción. “Hacemos todo lo que está a nuestro alcance”, afirmó.
Concientización y trabajo conjunto
Desde el municipio se impulsa una campaña junto a la Fundación por la Inclusión Plena, con videos y material gráfico para concientizar sobre los efectos de la pirotecnia en personas con discapacidad, adultos mayores, animales y el ambiente. “Sabemos que muchos ya entienden, pero todavía hay quienes siguen tirando pirotecnia. Por eso seguimos trabajando y apelando a la conciencia colectiva”, concluyó Saieg.