Cómo quedó el mapa político de Santa María tras las elecciones 2023

El saldo de las elecciones locales dejó una composición diversa, ya no hay autonomía oficialista (peronista) como ocurrió los últimos 12 años, sino que comparten el territorio tres fuerzas. Solo falta Alta Gracia que va a las urnas el 17 de septiembre.

Una vez que la mayoría de las localidades del departamento Santa María fue a las urnas, se pudo ver claramente que el peronismo cordobés (aunque mantiene una amplia mayoría), comparte ahora la conducción con otras fuerzas en los gobiernos de diferentes comunas y municipios. Algo muy diferente a lo que ocurrió en los últimos 12 años donde este partido lideraba casi totalmente el circuito.

Si tomamos el periodo 2019-2023, se puede decir que el peronismo solo disputaba la conducción con la alianza de Juntos, en apenas tres localidades, pero el resultado actual aumentó ese número el 100%, siendo seis las localidades pintadas por el multicolor de la alianza, incluyendo bastiones muy importantes como Toledo y Anisacate, dos de los municipios con mayor proyección de crecimiento. Esta tendencia alcanzó a comunas como Villa La Bolsa, Villa del Prado y Rafael García, sumándose a las pioneras San Clemente, La Paisanita, que mostraron una proyección ascendente en la conquista electoral.

Si bien el mayor caudal sigue manteniéndolo la fuerza provincial de Hacemos Unidos por Córdoba con un 63% de localidades de este color político, es muy diferente -como ya dijimos- a lo que venía sucediendo años anteriores donde concentraba casi el 90% de los gobiernos locales; hecho que deja en claro que en esta última elección comenzó a ceder territorio a nuevas alianzas políticas.

Muchos le asignan esta realidad a la imposibilidad de re re elección que obligó a que los viejos referentes de cada localidad (mayoría peronistas) abandonaran la posibilidad de presentarse y colocaran en su lugar a sucesores que en muchos casos no tenían liderazgo político. Otros, analizan este nuevo mapa político como la consecuencia de la ausencia de líderes territoriales o simplemente la necesidad de la población de cambiar, a pesar de que en muchos casos, las gestiones a las que se le dio la espalda fueron excelentes.

¿Es el tiempo de los Vecinalismos?

La gran sorpresa de este turno es la impronta vecinalista, no solo comenzando a mediar como tercera fuerza en el Departamento, sino siendo la primera minoría en gran parte de las localidades.

Bouwer, Malagueño y Villa Parque Santa Ana, serán conducidas por estos frentes (a pesar de que en algunos casos se presenten como vecinalismos pero respondan a otras fuerzas políticas como es el caso de Movimiento Evita en Santa Ana -que fue con el nombre de SOMOS-) que comienzan a marcar agenda con las idiosincrasias de cada localidad. Al mismo tiempo se constituyeron como principal oposición a los partidos locales. Con solo recorrer Paravachasca, se puede ver que el vecinalismo ocupará cargos en La Rancherita, Los Aromos, La Paisanita, La Bolsa y La Serranita, generando un cambio de agenda en todos los gobiernos locales que sin dudas mostrará un nuevo panorama en toda la región.