Desde Potrero de Garay al podio: Ciro Ávalos deslumbra con su talento en el mundo del cubo Rubik

Con solo 15 años, Ciro Ábalos, oriundo de Potrero de Garay, se convirtió en la gran revelación del Desafío Cubero 2025 en Alta Gracia. Ganó dos medallas de oro y una de plata, y sueña con competir internacionalmente representando a su comunidad.

Entre giros precisos, colores en movimiento y un silencio expectante, el Cine Teatro Monumental Sierras se transformó este fin de semana en el corazón del speedcubing argentino. Con más de 50 competidores de distintas provincias, la ciudad vivió su primera competencia oficial avalada por la World Cube Association (WCA): el Desafío Cubero 2025. Sin embargo, entre todos los participantes, una figura se destacó no solo por su velocidad y precisión, sino también por su historia: Ciro Ávalos, de apenas 15 años y oriundo de Potrero de Garay, Córdoba. En esta competencia Ciro logró 7 podios: 5 oros, 2 plata.

Estudiante becado del Instituto Obraje, Ciro combina su pasión por los cubos Rubik con el compromiso escolar. “Intento priorizar el colegio, que es lo que más salida laboral me va a dar. Cuando puedo, le dedico tiempo a los cubos”, destacó. A pesar de los desafíos de compatibilizar jornadas extendidas de estudio con entrenamientos, este joven ya acumula dos medallas de oro y una de plata en este certamen.

La historia de Ciro comenzó temprano, casi por juego, cuando a los cinco años su madre lo sorprendió armando un cubo Rubik tras ver su frustración. Ese gesto encendió una chispa: “Si ella pudo, yo también puedo”, se dijo. Buscó un tutorial en YouTube y desde entonces no paró. Hoy, con una década de práctica encima, participa en ocho categorías, que van desde el clásico 3×3 hasta desafíos con una sola mano o cubos de formas y mecánicas complejas como el Megaminx y el Skewb.

Su récord en competencia es impactante: 6 segundos para resolver un cubo 3×3. “Me gustaría bajar el tiempo a 3.80. Y también mejorar con una mano, llegar a 6.30”, expresó a Mi Valle.

A pesar de entrenar en soledad —“no hay otros chicos que practiquen cerca”, cuenta—, recientemente descubrió que uno de sus compañeros de colegio también comparte esta afición. “La comunidad del speedcubing es hermosa, sin toxicidad, todos se ayudan”, afirmó Ciro, que ya imagina extender sus pasos más allá de Córdoba.

Hasta ahora, ha participado en torneos en Alta Gracia, Córdoba Capital y Villa Carlos Paz, pero aspira a competir en otras provincias y hasta en países vecinos como Chile y Uruguay, donde la actividad tiene más desarrollo. “El problema es económico, pero si alguien quiere ayudar, sería una gran oportunidad”, resaltó.

Detrás de cada giro veloz, hay constancia, enfoque y pasión. Y en cada logro, una historia que vale la pena contar. Ciro Ábalos no solo resuelve cubos: inspira a toda una generación de jóvenes que sueñan en grande, practican con humildad y creen en el poder de perseguir lo que aman.