En diálogo con Mi Valle, Walter Villarreal, encargado del cementerio municipal, brindó detalles acerca de la situación ocurrida en un panteón privado, hecho que generó preocupación luego de una publicación realizada durante el fin de semana.
Según explicó Villarreal, este lunes se acercó personalmente al lugar ubicado en el sector N de los panteones para constatar el estado del mismo. Allí observó que la estructura presenta un importante deterioro producto del paso del tiempo, la humedad y el crecimiento de raíces que provocaron la caída de la ornamentación del nicho y de las cerámicas de las paredes.
“El cementerio tiene más de 100 años. Son cinco generaciones. Hay familias que ya no vienen o que viven lejos, y los panteones privados van quedando sin mantenimiento personal”, detalló.
Aun así, desde el municipio se realiza parquización, arreglo de canteros, pintura y reparaciones puntuales cuando los vecinos lo solicitan. “Hacemos mantenimiento, pero no se puede resolver todo de una sola vez”, agregó.
Villarreal remarcó que, tal como ocurre con cualquier propiedad, es necesario que cada familia se haga responsable del mantenimiento específico de su espacio. “Como quien paga un impuesto automotor pero también debe hacer el tren delantero del auto. Hay cosas que requieren cuidado personal”, ejemplificó.
Comunicación con las familias
El encargado explicó que, cuando surgen problemas como puertas abiertas, vidrios rotos o placas que se desprenden, el personal del cementerio intenta comunicarse con los responsables. “Muchas veces logramos avisar y la gente viene, agradece y repara. A veces nosotros mismos colocamos puertas o reemplazamos vidrios”, indicó.
Sin embargo, en otros casos la comunicación es imposible: “Hay números que cambian, familias que viven en otra provincia… y eso va generando un deterioro inevitable”.
Movimiento constante y reutilización de materiales
Villarreal también describió la dinámica diaria del cementerio: “Hay familias que llevan a cremar a sus fallecidos y dejan puertas o mármoles porque no quieren llevárselos a su casa. Otros los reutilizan. Es un movimiento constante que, si no trabajás acá, no te das cuenta”.
Con más de 3.000 sepulturas en tierra, el cementerio municipal demanda un mantenimiento permanente, aunque ciertas tareas dependen exclusivamente de cada familia, como desmalezar dentro de canteros o conservar cerraduras y vidrios en buen estado.
El predio cuenta con un sereno que realiza recorridos nocturnos. Sin embargo, Villarreal recordó que incluso ha habido robos en horario de siesta: “El que viene a robar espera el momento adecuado, igual que en la calle. No lo hacen cuando estamos todos trabajando”.
¿La gente cuida los espacios?
“Sí, muchísimo”, afirmó. Destacó que muchos visitantes elogian el estado del cementerio y que incluso se realizan visitas guiadas por las personalidades históricas que descansan allí. “Hay panteones hermosos, pintados, cuidados… y otros que por el paso del tiempo se deterioraron”.
Situación particular del panteón consultado
Sobre el caso específico que motivó la entrevista, Villarreal informó que ya se comunicaron con el municipio a través del subsecretario de Desarrollo, Lucas Quinteros. “Yo estaba de licencia la semana pasada. Ahora quedaron en venir durante esta semana y veremos qué solución podemos dar”, detalló.
Aclaró además que no se constató faltante de elementos en este panteón, aunque sí un fuerte deterioro estructural: mármol desarmado, cerámicas desprendidas, yuyos y cañerías tapadas.
“Si falta algo, buscaremos la manera de reponerlo. Siempre tratamos de solucionar los problemas de los vecinos, siempre y cuando nos avisen antes de ir al diario”, concluyó.
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