Un trabajador municipal fue aprendido cuando la policía trato de impedir que siga arrojando bolsas de basura a los vehículos.
Una escena de locura se vivió en las calles de barrio Cámara, cuando un empleado municipal que realizaba el trabajo de recolección de residuos comenzó a agredir a los vehículos que transitaban por el lugar.
Vecinos advirtieron que el trabajador le arrojaba bolsas de residuos a los automóviles que pasaban por su lado, al llegar el personal policial y tratar de disuadirlo, emprendió a los golpes sin mediar palabras.
Esta reacción inesperada, llevo a los agentes a reducirlo, poniéndolo en detención y trasladarlo a la dependencia judicial.